by Claudio Medin | 11 \11\America/Argentina/Buenos_Aires enero \11\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Tres poemas del libro Calles laterales, de Jorge Spíndola, recientemente publicado por Ediciones Facón Grande, a veinte años de su primera edición.
en el camino
la pampa
animal extenso apuñalado
la ruta es un cuchillo
lamiendo los bordes de la luz
el aire azota matas, todo vuela para atrás
todo es pasado, todo está por suceder
el automóvil y su sombra van flotando
sobre un paisaje amarillo
hasta el fondo de la piel
un tendal de postes infinito
sostiene cuadros con campos de van gogh
sensuales las curvas
aves sensuales flotando por allá
todo es pasado, todo está por suceder
*
Lisboa
nunca estuve en Lisboa
siempre acá,
metido en este cuerpo,
atado al páramo o abrazado
al mar y sus acantilados
siempre los mismos ojos
con cuchillos naranjas en la tarde
siempre acá
nunca caminé por las calles de lisboa
siempre pampa seca
y autos abandonados al borde de la ruta
ahora mismo me invade la imagen de un colectivo
detenido para siempre
oxidándose con yuyos en su cuerpo
un bedford verde agua
con teros lejanos en su lomo
nunca puedo abrir esa cortina
que envuelve la existencia
esa cortina agitada por el viento
que anda como gasa
cayéndose sobre mi cuerpo
siempre acá,
entregado como un perro a este paisaje
oliendo matas, salpicado de escarcha
para siempre
lisboa crece por mi boca en esta noche
mientras orino abrazado al álamo de casa
mientras pasan autos en la ruta
mientras llueve y crece el perfume de la tierra
mientras nada se parece a lisboa
y sólo un gato
camina en los paredones de mi calle
lisboa qué lugar extraño
navegando en mis entrañas
lisboa tantas cosas
tantas noches navegando
al sur de toda mi existencia
*
el círculo de orín
a veces alguien cruza los límites del olor
entran y salen policías requisan
cada pequeño círculo de orín
se llevan del forro a un sospechoso
de infragar
la noche que el sapo le partió
la cabeza al viejo ñancupel
acá no había dios
estaban ellos solos
pelearon por una caja de vino
no había esa noche poderes del estado
la república queda al otro lado de este círculo
cabrón
no había luz sólo un par de velas
cuando manaba sangre del cuerpo de ñancupel
no había un sólo rasgo de virtud
estaban ellos solos como lobos resacados
mordidos y sudados en alcohol
esa noche cayó una helada
y la ropa se hizo escarcha contra el piso
cuando llegó la policía el sapo ya no estaba
luego lo encontraron dormido en una pieza
hecho un ovillo con la caja reseca de tetra
en el regazo
el imputado presenta huellas de polvo de ladrillos
en las manos varios hematomas en el cuerpo
anote principio de congelación mejilla izquierda
todo gira en silencio adentro del círculo de orín
un pullover amarillo con manchas de café
un par de zapatos comidos por la cal
un balde de albañil una plomada
dos medallas de box de la liga amateur
cosas que ahora es extraño enumerar
sobre los techos de zinc
cae la luz de la ciudad

Jorge Spíndola nació en C. Rivadavia en 1961. Habitante del Wallmapu, ha vivido en el sur de Argentina y Chile alternativamente, donde integra diversas organizaciones culturales, sociales y académicas. Licenciado en Letras y Doctor en Ciencias Humanas. Docente-investigador en en la Universidad Nacional de la Patagonia y en el ISFD 807. Publicó los libros de poemas Mátame si no te sirvo (1994, Último Reino) Premio Fondo Nacional de las Artes 1994, Calles laterales (2002, Sur del Mundo, 2022, Ediciones Facón Grande), Premio Festival de Poesía de Medellín, Jerez volcado (2010, El Suri Porfiado), Perro lamiendo luna y otros poemas (2013, Jinete Insomne), Flores encontradas -Peshake rayen- (2021, Espacio Hudson), y los ensayos ¿Conocimientos y saberes para quién? Conflictos sociales y universidad (2017, SERIFA, Santiago de Chile) y El Az Mapu: poética y políticas del Buen Vivir (2022, Editorial INOLAS. Potsdam- Londres).
Fotografía: Dmitri Ivanov
by Claudio Medin | 7 \07\America/Argentina/Buenos_Aires enero \07\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Compartimos tres poemas del último libro de Sabrina Barrego, Máquinas de duelo, publicado en 2022 por Falta Envido Ediciones.
Creo que a mí me brota
el mal humor
como a los frutos
de una damasca
que ya nadie cosecha.
Cada herida es autosuficiente,
se encapsula en un botón
diminuto, imperceptible,
donde se hincha el dolor.
El dolor es un brote
como este,
dentro del diente de un ajo;
para cocinarlo
se remueve ese capullo
con un cuchillo afilado
y se lo desmadra.
Desmadrar:
el último término
que mi madre me enseñó.
*
TOC TOC :
él abre la puerta.
Una mujer pasa
y, después, otra.
Lo que una vez pasa
puede seguir pasando.
Imaginamos
un objeto,
una sustancia,
un estado,
una acción,
una experiencia,
una persona,
un sentido.
No importan.
En realidad,
lo que deseamos
es la sensación de alivio
cuando se llega allí.
Lo que deseamos
es descansar
de la sospecha.
Buscamos dejar
de buscar:
anhelamos.
Desilusión tras desilusión
descubrís que ninguna cosa externa
es capaz de ponerle fin al ciclo.
Nada fuera
de nosotras.
Reconciliada con vos misma,
te das cuenta de que esto es
lo que siempre habías deseado
desde el primer momento.
Acá, ahora,
siempre tan cerca y
en la dirección equivocada.
*
PERDONÁ QUE LO DIGA, PERO COGER NO ES NADA. PARA LOS DIOSES, PARECEMOS PERROS. Y SIN EMBARGO MIRAN [MARY RUEFLE]
¿perdiste
documentación vital?
¿te mudaste?
¿te atardeciste
sentada en el capó
de un viejo auto
contemplando los trigales
(así de amarilla
es la pampa)?
¿te bañaste
en un tanque australiano?
¿cuidaste de una yegua?
¿te excediste con su avena
y saliste picando
al galope?
¿peinaste en una
terapia intensiva
el cabello
blanco,
desde muy temprano,
de tu madre?
¿te lo reprochó?
¿atendiste un parto
de un bebé
o de un ternero?
¿saludaste al tren?
¿visitaste en la cárcel
a un ser amado?
¿intentaste coser
o rezar?
¿buscaste lo eterno
o la manera
de despertar
sin sentir
ya más la muerte?
¿atropellaste a un perro?
¿te atropellaron?
¿mataste para comer?
¿con qué sanaste
los moretones
de tus muslos
después
de los inyectables?
¿sentiste miedo de quedarte
dormida?
¿pasaste hambre?
¿te escribieron cartas?
¿le escribiste a tu bebé
en caso de no lograrlo?
¿viste llorar a tu padre?
¿cuántos amigos perdiste
esa vez?
¿bailaste morenada
borracha de chicha?
¿pasaste una noche
en la guata
de la serpiente?
¿te heriste la planta suave
de un pie
con la espina del algarrobo?
¿te curaste sola
con llantén?
¿aprendiste a nadar
desnuda
en un canal?
¿despertaste
por la mañana
con el olor a hinojo
recién regado,
a manzanilla?
¿comiste patay?
¿robaste granadas?
¿cosechaste ciruelas?
¿miel del panal?
¿preparaste después el dulce?
¿amasaste el pan?
¿le suministraste morfina
a un niño?
¿sobrevivió?
¿practicaste el abandono?
¿contaron los lunares
de tu espalda
en la vía láctea?
¿llovieron en vos?
¿rasguñaste a propósito
en el pecho de alguien
buscando provocar dolor?
¿él te cuidó en tu cautiverio
o cuando llegó la sangre
o cuando la sangre se fue?
¿atravesaron un incendio?
¿lo levantaste del suelo,
una y otra y otra vez?
¿guardaron juntos
el sueño de tu hijo?
¿fuiste para alguien
un tema de amor?
¿un amor como el que
pueda aparecer
en los libros
que lee
o en los que escribe?
¿has sentido
en tu corazón
la caída inexorable del otro
como el desprendimiento
de una rama que cae…?
¿caíste como
desde un barranco
vos también?
¿te pidieron que
te quedases aunque sea
para vengarte?
¿cultivaste un jardín?
¿leíste a Virginia Woolf?
¿la entendiste?
¿construiste una casa?
¿un cuarto propio?
¿lo derribaste
y lo comenzaste de nuevo
hasta que, como a todo,
la devore la hierba?
¿sacaste la basura?
¿te burlaste del dolor?
¿y del horror?
¿qué poema
vas a estar escribiendo
a la hora de tu muerte?
qué pena si fuese malo.

Sabrina Barrego, Luján, Buenos Aires, 1987. Actualmente sobrevive en Mendoza. Fue antologada por Susana Szwarc en Puentes poéticos (DLG, 2018), por Silvio Mattoni en Poesía del estero (Secretaría de cultura de Santiago del estero, 2021) y por Elena Annibali en Poetas Argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock, 2022), entre otros. Editó Trinchera por Ediciones culturales de Mendoza en 2019. Las hojas del otoño (audiolibro) plataforma mendozaencasa.com, 2021. Participó del festival Poesía ya! del CCK en 2022, en la categoría Poesía en voz alta y en el ciclo Poesía en la terraza del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Coeditora de la revista La intemperie Mendoza. Grabó el disco Poemas de amor junto a Tulpa, FLAI, 2022. Participa de proyectos de experimentación sonora. Este año se editó Máquinas de duelo en Falta Envido Ediciones (Tucumán).
by Claudio Medin | 16 \16\America/Argentina/Buenos_Aires marzo \16\America/Argentina/Buenos_Aires 2020 | Notas, Poesía
Olga Orozco y una obra que es un paraíso, o un jardin, que germina, además, en otras creaciones. Anotaciones, diálogos e intertextos.
Distintas instituciones gubernamentales y asociaciones tenían planificados para este 17 de marzo recordatorios por el centenario del nacimiento de la poeta y periodista Olga Orozco, pero debido que no pueden realizarse actos o actividades con mucho público por el coronavirus debieron suspenderse o postergarse para otra fecha.
Como consta en numerosas bibliografías, el nacimiento de Olga Nilda Gugliotta Orozco había ocurrido en Toay, La Pampa, el 17 de marzo de 1920. A los 8 años abandona la provincia con su familia y se radican en la ciudad de Bahía Blanca (Buenos Aires).
Orozco escribe: “[..] mi casa, la única sobreviviente familiar que me queda. Cuando me fui de Toay, la encontré en cada casa donde viví. […] Dije ‘cuando me fui de Toay’ ¿Me fui del todo alguna vez? Toay es una puerta que se quedó abierta para siempre en mi memoria y por la que podía entrar a mi antojo para encontrar la fiesta o el sosiego” (en el Libro de Oro del Centenario de Toay, 1994).
No haremos un racconto de su trayectoria que ya es conocida por sus lectores, pero si algunas consideraciones de su obra y, por sobre todo, destacar algunas de las publicaciones que han surgido respecto a su poética y las influencias que ha tenido sobre otres artistas.
Tanto institucional como personalmente, Olga Orozco tuvo relación con la provincia y sus escritorxs con mayor asiduidad cuando se interesa en recuperar su casa (“La casa”), para transformarla en un espacio cultural. Comienza a reencontrarse con La Pampa en la década de 1990. Una de las intermediarias es la subsecretaria de Cultura Norma Durango, que no sólo está a disposición de la escritora sino que trabaja afanosamente en el objetivo de resignificar el hogar natal de Orozco. Es así que en 1992 se realiza la transacción y a partir de 1994 se abre como Casa de la Cultura de Toay, albergando al museo del pueblo y la biblioteca popular. Desde 2003 funciona como Casa Museo Olga Orozco, dedicado exclusivamente a su figura y su obra, además se halla en custodia su biblioteca personal.
Cabe destacar que presenta en su casa natal de la localidad de Toay su último libro publicado por la editorial Emecé en 1995, La luz también es un abismo; del cual dirá Rosario Bléfari: “contestación, segunda parte o reverso de La oscuridad es otro sol (1967)”. Esta actividad sucede un 17 de noviembre de 1995 (se reitera al día siguiente en el Consejo Deliberante de la ciudad de Santa Rosa), donde participa como presentadora la poeta y docente Dora Battiston, que es una de las más importantes investigadoras de la provincia de La Pampa que ha profundizado en las obras de Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Juan José Sena y, también, Olga Orozco. En aquella oportunidad Battiston resaltó: “Aquella presentación fue un momento fuera de la realidad”.
El 17 de agosto de 1996 en el Auditorio “Juan Carlos Bustriazo Ortiz”, del Centro Municipal de Cultura de Santa Rosa, expone la conferencia “Oliverio Girondo frente a la Nada y lo Absoluto”. Invitada por la Asociación Pampeana de Escritorxs participa en octubre de ese mismo año en el XII Encuentro de las Letras Pampeanas “Profesor Ricardo Nervi”.
Más recientemente, APE colabora en la fundamentación del proyecto presentado por el Diputado provincial Eduardo Tindiglia, en donde se propuso declarar el año 2020 como “Año del Centenario del Nacimiento de Olga Orozco”, en conmemoración de tal acontecimiento. También es incluida en la cartelería del Paseo de los Poetas en el Parque Provincial Parque Luro, iniciativa de las Secretarías de Turismo y de la Mujer del Gobierno de La Pampa, y la Asociación Pampeana de Escritorxs.
INTERPRETACIONES DE OLGA OROZCO
Una obra excéntrica dentro de la producción poética de su época le otorgan un lugar particular en el campo de las letras nacionales. Integra la generación “Tercera Vanguardia”, de marcada tendencia surrealista además de destacarse en ella la influencia de los poetas místicos y los grandes poetas españoles del Siglo de Oro. Es autora de títulos ineludibles como Las muertes (1952), Los juegos peligrosos (1962), La oscuridad es otro sol (1967), Museo Salvaje (1974) y Con esta boca en este mundo (1994), que jalonan su trayectoria y la proyectaron a nivel internacional. Obtuvo el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en 1998.
Su poética ha sido estudiada por críticxs como Stella Maris Colombo, Juan Liscano, Elba Torres de Peralta, Cristina Piña, Julieta Gómez Paz, María Rosa Lojo, Graciela Maturo, Alicia Genovese (La doble voz. Poetas argentinas contemporáneas, Biblos, 1998; Eduvim, 2015) , Marisa Negri, entre otrxs, que son de lectura ineludible para quien quiera comprender la estética orozquiana.
Entre lxs investigadorxs provincianxs se destaca los estudios de Diana Irene Blanco (Olga Orozco. La jerarquía de la palabra, 2009 y Olga Orozco, Señora de la alta poesía, 2018), Dora Battiston (“Elementos de la doctrina órfica en la obra de Olga Orozco”, 1994 y “Olga Orozco: la filosofía como intertexto”, 2003), Raquel Miranda (“Continuidad del pensamiento antiguo en la literatura contemporánea. La inspiración órfica en los textos de Olga Orozco”, 2001), Sergio De Matteo (“Olga Orozco: una escritura desde lejos”, 2009, “Olga Orozco: entre la alquimia y Dios, 2019 y “Entre Dios y la memoria del tiempo”, 2019), Graciela Salto (“El fondo documental y bibliográfico de Olga Orozco desde un enfoque interdisciplinario”, 2017 y “Dedicatorias latinoamericanas a Olga Orozco: nexos, lecturas y afiliaciones”, 2019).
Los textos de la escritora, poeta y periodista pampeana han despertado el interés, también, de estudiosxs extranjerxs. En varias Universidades hay doctorados basados en su poética; por ejemplo Alejandro Arturo Ramírez Arballo de University of Arizona con la tesis “La poética de Olga Orozco como proyección estética del pensamiento moderno: un modelo de doble lectura (2008), Sarah Martín López de Universitat de Valencia con la tesis “Poesía y conocimiento en la obra de dos escritoras argentinas contemporáneas: Olga Orozco y Alejandra Pizarnik (2013); o posgrados de literatura como el de Ivette Silva Corona de Universidad Autónoma Metropolitana de México: “Susurros de lo inefable. Una reflexión sobre lenguaje, silencio y Absoluto en la obra poética de Olga Orozco”, 2001). También pueden citarse los artículos de Naomi Lindstrom, de University of Texas: “Olga Orozco: la voz poética que llama entre mundos”, 1985. de Edelweis Serra: “Exploración de la realidad y estrategia textual en la poesía de Olga Orozco” en Anales de Literatura Hispanoamericana, de la Universidad Complutense de Madrid, 1985, de Thorpe Running, St. John´s University: “Imagen y creación en la poesía de Olga Orozco”, 1987, de Melanie Nicholson: “From Sibyl to Witch and Beyond: Feminine Archetype in the Poetry of Olga Orozco” en Chasqui 27, mayo de 1998, entre otros.
Además, hay que destacar los libros de la Universidad de Guadalajara (México): Acercamientos a Olga Orozco, compilados por José Brú, publicado en 1998, de la Universidad de Sevilla (España): Olga Orozco. Territorios de fuego para una poética, bajo la dirección de Inmaculada Lergo Martín, 2010 y los dos tomos de la Universidad Nacional de La Pampa conjuntamente con la Editorial Teseo: Los juegos de espejos: Poética y subjetividad en Olga Orozco (Tomo I) y Médanos fugitivos: Poética y archivo en Olga Orozco (Tomo 2), compilados por Graciela Salto, Dora Battiston y Sonia Bertón, edición con estudios de especialistas del país y del exterior, a presentarse este año.
OTRAS INTERPRETACIONES DE OLGA OROZCO
En este apartado se debería destacar la revista Museo Salvaje, que es heredera de una publicación llamada Che. Artes y Culturas en Abya Yala. A partir del año 2001 reaparece con el título del libro de Olga Orozco a modo de homenaje y se edita hasta el verano 2010/2011.
En agosto de 2003 se estrena en la Escuela N° 5 de Toay el documental “Había una vez”, basado en la niñez de Olga Orozco. Es dirigido por los cineastas Silvio Tejada, Albertina Sales y Juliana Rodríguez Poussif. En un fragmento de “Había una vez” Orozco refiere:
“Había una vez una casa (no). Había en un tiempo una casa (no). Había en varios tiempos varias casas que eran una sola casa. ¿Era realmente una casa o era un espejo fraguado por los tres tiempos, de modo que cada uno era la consecuencia y el motivo del otro? Sì, como caleidoscopios o como en un yo circular a manera de cuarto de vestir, donde la que va a ser con máscara de anciana se probara la máscara de la que fue con máscara de niña, y viceversa y sucesivamente. La máscara de la que es, también, y que sólo se ve desde adentro, desde el revés de todas las máscaras confundidas en una, hasta que se devore eso que habitualmente llamamos rostro y se pueda ver quién es quien lo devora, y entonces supongo que comprobaré lo que sospecho: que no se es uno sino todos.
Pero ahora el tiempo es y aparentemente soy yo sola. En este momento en que voy a nacer, en que voy a regresar, el tiempo y la persona que son yo soy” (en La oscuridad es otro sol, 1967).
La actriz, bailarina y directora teatral Nadia Grandón dirige e interpreta “Cantora Nocturna” (2007) y “Con esta boca en este mundo” (2009), obras basadas en textos de la poeta pampeana Olga Orozco.
En septiembre de 2009 el director teatral Silvio Lang estrena en Buenos Aires la obra “Yo, Olga Orozco”, una experiencia visual y sonora.
También hay que resaltar algunas musicalizaciones de la obra de Olga Orozco, donde sobresalen los trabajos realizados por Pepe Marriot y Ada Blidner, sobre la base del poema “Desdoblamiento en más caras de todos” (Los juegos peligrosos, 1962), realizan la versión “Lejos, de corazón en corazón”, presentada en la Casa Museo Olga Orozco el 23 de diciembre de 2013.
El cantautor Juani de Pian resignifica en la canción “Nanni” a uno de los tantos personajes semimitológicos que recrea Olga Orozco en el relato “Nanni suele volar”, del libro La oscuridad es otro sol (Losada, 1967).
La cantante Guillermina Gavazza adapta el texto “Señora tomando sopa”, del libro Con esta boca en este mundo (Sudamericana, 1994), en la canción “Calesita”, con música del bajista Hernán Basso, y brillantemente interpretado por su grupo Guillermina & Los Planetas (Hernán Basso, Mauricio Ponce y Chelo Porcel).
MÁS INTERPRETACIONES DE OLGA OROZCO
Una mención para el trabajo de zapa que realiza Marisa Negri sobre la obra desperdigada en revistas y diarios de Olga Orozco. Una parte de esas investigaciones confluye en el libro Yo, Claudia (Ediciones en Danza, 2012), que comprende la obra periodística de Olga Orozco en la revista “Claudia” entre 1964 y 1974.
Otra línea corresponde a las ilustraciones, desde las ya conocidas de Raúl Soldi (Desde lejos, 1946); Juan Battle Planas (Las muertes, 1952); Enrique Molina (Los juegos peligrosos, 1962, y La oscuridad es otro sol, 1967); Paul Klee, fragmento de “El Niesen” (Mutaciones de la realidad, 1979); Valerio Peluffo y Olga Orozco, “cadáver exquisito” (Con esta boca en este mundo, 1994); Henry Peach Robinson, “Dormido”, 1867 (También la luz es un abismo, 1995); Edgar Degas, “Retrato de Helene Rouart” -detalle- (Últimos poemas, 2009); hasta las más actuales de Lihüe Pumilla (Breviario I, 2013) y Gabriel Martino (Cantos a Berenice, 2015).
La actriz y directora teatral Fabiana Rey ha montado dos obras basadas en los libros de Olga Orozco: “Relámpagos de lo invisible” (2008) y “Las muertes” (2014).
En 2009 el director Marcelo Iaccarino estrena los documentales “Oficios”, “Infancia”, “Obra” y “Destino”, basados en una serie de entrevistas realizadas a Olga Orozco en 1998.
El escultor Rubén Schaap realiza la obra “OO” en 2018, una representación de Olga Orozco en hierro soldado forjado y amolado (Propiedad de Andrea M. D’Atri); que ilustra el artículo.
En el festival “Poesía Pampa Fest”, desarrollado en septiembre de 2019 en la sala “La Fantasma”, de la Casa Museo Olga Orozco, la directora teatral y actriz Silvina D’Atri, junto a Emilce Aimar, representan el poema “La cartomancia” (Los juegos peligros, 1962).
Y por último se destaca el disco Para ser otra, una obra extraordinaria que explora e improvisa sobre el universo poético de Olga Orozco, que graba la artista argentina Hebe Rosell, radicada en México, en 2008.
ALGUNOS POEMAS DEDICADOS A OLGA OROZCO
Más allá de los estudios sobre su obra y el fenómeno intertextual que puede identificarse, también otros poetas le han rendido homenaje por medio de la poesía misma. Francisco Madariaga, el criollo del universo, le dedica el poema “Olga Orozco”, incluido en su libro En la tierra de nadie (Ediciones del Dock, 1998):
“Cuando la conocí recordé de inmediato
el poema de Milocz que dice en una parte:
“la extraña muchacha de párpados
arcangélicos…”.
Después la vi muchas noches de canciones
y de sueños, despedirse de los amigos y partir,
en delicadas y misteriosas volantas,
hacia los arenales de la Pampa.
Se alejaba -y se la aleja siempre- como
una esmeralda negra y solar de la independencia
frente a toda capilla literaria.
Estoy seguro de que, cuando viaja, le dice
a su postillón que debe hacer atravesar -sin
miedo- a la volanta por esa Oscuridad Otro Sol
de su fidelidad absoluta a la poesía”.
La poeta Ana María Mayol desde un acápite de Olga Orozco (“Lamento de Jonás”, en Museo Salvaje, Losada, 1974), que funciona a modo de intertexto, edifica el poema “Cuerpo tomado”, de su libro No se trata de mí (Ed. El Mono Armado, 2011):
“Soy mi propio rehén
el pausado veneno del verdugo
el pacto con la muerte”,
Olga Orozco
Soy mi propio rehén
testigo de lo atroz
protagonista de esta obra mía
Soy cada palabra que no he escrito
cada poema plasmado en los insomnios
cada silencio precipitado hacia el mar
La fuga permanente desde mi misma
Soy mi propio rehén
poblada de desiertos sed y sal
de fachinal grisáceo
de caldenes
y aromos floreciendo
en el patio de la infancia
Soy ese punto ciego en el espacio
que te detiene un segundo
despojo
escombro del olvido
torbellino que rescata pasiones
en el fuego
arrebata a la lluvia su murmullo
conozco
la prisión de lo inasible
mi sombra a veces
transmuta golondrina
la obstinada presencia
del amor en los ojos
el roce inconfundible
de una mano en el alma
Me he desterrado a veces
en la tristeza
otras
he caminado hacia mi propio abismo
he muerto en soledad con otras solas
he surcado sus cárceles
sin testigos ni juicios
sorteando emboscadas
que me tendió la muerte
Soy mi propio rehén
llevo este cuerpo tomado por la luna
lleno de noche y sombras
me reconozco en otras
como un espejo
como si yo no fuese
más que el pretexto
Soy mi propio rehén
en la memoria
La Subsecretaría de Cultura de La Pampa y la Municipalidad de Toay convocaron en 2013 el Certamen Federal de Poesía “Casa-Museo Olga Orozco”, con un jurado integrado por Diana Irene Blanco, Bruno Di Benedetto y Alicia Genovese, y con la propuesta de aludir al universo poético y simbólico de la autora pampeana, siendo premiados Águeda Franco, Fabián O. Iriarte, Mónica Scheinsohn, Marisa Negri y María Daniel Pascual. De la serie “Maneras de ser otras” (1° Premio), correspondiente a Águeda Franco, también incluido en su libro Raspando los días (Ediciones en Danza, 2017), seleccionamos “La pequeña Gugliotta”:
la chica de Gugliotta
habla una lengua extraña con los pájaros
con los seres de alas
los ojos azorados por visiones
en el falaz paraíso de la infancia
taciturna levita
es Darvantara Griska Matrika Doléesa
nombres para los rostros que la asumen
cuando juega a ser otra
a ser distinta
qué mensajeros ve que nadie los registra
dónde el azoramiento de sus ojos
la chica de Gugliotta
mantiene relaciones con el mundo secreto
escarchada en el fondo del pozo
se asoma para verse
triza su cara el balde
pasa horas
en a contemplación de sus retazos
emisarios de mundos subsumidos llegan a su llamado
disimulados en ratones escarabajos o libélulas
secretean con ella
parten raudos
a llevar sus mensajes de tintas invisibles
la pequeña Gugliotta
desciende alucinada
los peldaños de miedo de los sótanos
una vela en su mano parpadea
en camisón por las cornisas
es la menuda equilibrista entre las claridades y las sombras
callada niña rara
habla el idioma de los pájaros
tiene un lunar de oro entre los ojos
marca de los que fueron elegidos
por el azar por la desgracia por el fuego perpetuo
que arrasa el corazón y no se calma
seña de una metamorfosis
entre el encantamiento y la tragedia
alguien trama los hilos de esta vida
que en las arenas de Toay
arde confusamente
chica inclasificable la Gugliotta
parpadea y las arañas tiemblan en sus telas
mojadas de un rocío de infinito
una vida no alcanza
para sus múltiples vidas escondidas
exploradora pálida
de mundos subyacentes a este mundo
la poesía la salva
la condena
El poeta salteño Carlos J. Aldazábal le dedica el poema “Debo estudiar francés”, que integra el libro Las visitas de siempre (El Suri Porfiado Ediciones, 2014):
Olga Orozco preparó un arrollado
bañado en chocolate
y vino Miroslav, que es cocinero,
a la hora del té.
También estaba yo, poeta inédito
incapaz del francés y el galicismo.
El rito comenzó con la vajilla.
“Leeré en el futuro las llaves del abismo
para saber qué puertas nos tocarán en suerte.
Qué casas cruzaremos, qué portal venturoso,
qué llanto inagotable hablará en las gargantas”.
No recuerdo el pronóstico.
Pero sí su paciencia,
la mágica infusión de su voz poderosa.
Y el “estudie francés” imperativo
que siempre descarté.
El domingo pasado tuvimos otro encuentro.
Pero estaba en La Pampa:
un museo de infancia que ahora es Olga.
Ahí viven sus libros (incluyéndome a mí),
y sus plantas, sus piedras.
Y además Berenice maúlla en tono bajo
profiriendo ladridos.
Ella se preocupó por explicarme
(esta vez sin rodeos)
cómo la muerte juega en los jardines
y los portones crujen
cuando suenan pavanas y milongas.
Y el llanto comenzó como gotera,
y no quiso parar hasta vaciarme
el poco mineral que hay en mis huesos.
Olga me consoló con galletitas y un pocillo de mate.
El llanto no cesó.
Aunque leo francés no puedo hablarlo
y no puedo nombrar
con esta boca
en este mundo
desde esta pena.