“La hija menor” de María Laura Decésare. Por Paula Jiménez España

“La hija menor” de María Laura Decésare. Por Paula Jiménez España

 

Una lectura hecha por Paula Jiménez España sobre “La hija menor”, libro de la poeta santafesina María Laura Decésare, editado por la colección Pez Náufrago de Ediciones del Dock (2017).

 

Una vez Jorge Monteleone dijo sobre Hugo Padeletti que su obra plástica era voluntariamente inocente. No se me van estas palabras de la cabeza a medida que avanzo en la lectura de La hija menor. La inocencia, dice un diccionario, es un término que describe la carencia de culpabilidad de un individuo. Creo que es una definición muy a tono con el espíritu de estos poemas que no atinan a encontrar culpables humanos, entre los seres cercanos, a la pérdida o el dolor, porque la pérdida, la muerte, las separaciones forman parte del juego. El final del poema “Amores”, dice: “Pero el amor verdadero/ llegó un tiempo después/ con ojos oscuros/ más vibrantes que la noche. / Mi boca todavía tiembla/ cuando repite su nombre”. Es decir: no es él el que se fue, no es él mi amargura, este dolor es mío. “Por fin, esta desgracia es mía”, escribió una vez Claudia Prado, como si ese reconocimiento fuera el primer gesto de emancipación. Con  esta apropiación el yo lírico acepta las reglas, acepta que la oscuridad viene con la luz, la muerte se baraja con la vida.  María Laura pone el foco en la luz, echa un manto benévolo, inocente, sobre ese pasado que mi generación re significó, muchas veces a través de un mal psicoanálisis, dando aquí y allá con culpables de las frustraciones personales, encontrando autoindulgencia. María Laura, que también es de mi generación, parece rechazar el vicio tentador, rebelarse a ese desplazamiento. Como la buena budah que es en la vida y que se expresa ya desde su primer libro, hay una cierta complejidad del alma, fantasiosa e indómita, en la que sabiamente parece preferir no hurgar, una hojarasca a la que no atiende, por eso estos poemas tienen una apariencia ingenua, como los haikus o incluso pienso en ciertas exaltaciones de Kavafis, encarnan una suerte de alabanza sencilla al amor, como también hacia el entorno natural. En el poema “Tardecita en Caseros”, que me toca de cerca porque yo soy de ese mismo barrio del Oeste y esta es una de mis coincidencias con Laura además del cine oriental, la autora dice: “Baja un poco el sol y llega al jardín/ el colibrí aleteando sobre el regador, / en lo alto una avioneta hace círculos, / vuelvo los ojos y veo a mis padres/ tomando mate en el banco de siempre. / El humo del cigarrillo de papá se confunde/ con el claro de luz, mamá me mira/ y yo no puedo hacer otra cosa/ que celebrar esta ilusión primaveral”. Llanos, a veces contenidos, pero siempre intensos y con relieve sensorial, en estos poemas gana la grandeza de lo simple, lo suave que se muestra con contundencia. Dice en “Veranos en Junín”: “Sin mamá ni papá a la vista/ salíamos con mis hermanos/ a la hora de la siesta/ buscando esos duraznos maduros. / Mi poca estatura no me permitía/ alcanzar el árbol/ por eso me entretenía/ saltando hasta derribar alguno. / Guardo una foto nítida/ con el brillo de esas tardes/ para aquellos días en que siento/ la urgencia de un abrazo”. Con  La hija menor María Laura Decésare va a buscar escenas a las raíces históricas familiares y también a su propia adultez, a los momentos de soledad en los que el corazón vacío de impurezas  puede hacerse escuchar mejor, sobre todo a la hora en que cantan los pájaros. Tantas veces cantan los pájaros en estos poemas, tantos desvelos los de ese yo íntegro, despojado, que le presta oídos al silencio del cual es hija esta poesía. Por ejemplo, en “Certeza”, dice: “Una noche más un pájaro/ me regala su canto/ y con mi desvelo pienso en él. / Tan cerca en su silbido/ ¿busca la noche un milagro?/ Por su silencio repentino/ y en la extrañeza del instante/ nos une la misma fe”.  Esa hora, la madrugada, es en la que todo empieza, es una hora también raíz como la familia, pero raíz del día, el momento en que el tren llegó a Rufino trayéndole al padre la presencia de la amada que más tarde será madre. En el poema “Carta fechada en marzo del 55” (no cualquier año para la historia argentina) dice: “Ella en Rufino, él en Alianza/. El reencuentro asoma/ como un tren que llega a la estación/ de madrugada”. Esa misma hora es la del último cigarrillo, como en ese poema en que el yo fuma y escucha desde la cama a los vecinos volver de una fiesta por el pasillo del edificio, jolgoriosos van los otros, vale decir, acompañados. Además de fumar, María Laura levanta su copa, brinda, parte el pan y comparte las pastas del domingo en los versos de La hija menor donde la suma de escenas gozosas, cotidianas, retienen lo que se tiene en fuga, fijan lo errante como diría Marosa Di Giorgio, lo que andaba dando vueltas por ahí sin ser dicho, y también desatan lo fijo, lo que no parecía tener otra dimensión más que la que tuvo entonces, cuando la cosa sucedió. Los recuerdos de infancia, de los que Rilke diría que son una fuente infalible de inspiración, adquieren movilidad cuando la poesía los toca. El trabajo de la escritura, digo yo, es armar una suerte de Frankestein al unir partes, percepciones disímiles, e insuflarles otro tipo de vida. Virginia Woolf, escribió en Orlando que la poesía es una costurera que junta retazos de aquí y de allá. Es así como se componen libros como este, una suerte de álbum fotográfico que no respeta cronología. Aunque sí, no se le puede negar la voluntad de reconstruir la historia a estos poemas, a esta hija menor que es la voz de la familia, la encargada de apagar la luz cuando todos se hayan ido, la que sobrevive a la novela familiar.  En otras épocas, era la menor la que se quedaba velando por la madre, en este libro esa que vela es la poesía, guardiana de una historia a la que mantiene a salvo de los peligros del mundo y del olvido. Dice María Laura en el poema “De madrugada”: “La niña que fui/ vuelve con la noche,/ me toma de la mano/ y pide que cierre los ojos/ oigo el ladrido del perro/ un movimiento de sillas/ y la voz de papá./ No abras los ojos, insiste/ la niña y siento una caricia/ sobre mi pelo negro,/ tiemblo al reconocer/ ese olor familiar./ No te vayas, murmuro/ no me despiertes”.

Paula Jiménez España

 

Dos poemas de La hija menor

 

Con sus manos

 

Papá hizo grandes cosas:

de la tierra levantó nuestra casa

y aunque no tuvo doctorados

fue un experto haciendo radios.

Las hacía de todos los tamaños.

Mamá cuenta que leía

folletos y manuales con entusiasmo

e incluso un día

la sorprendió haciendo un televisor.

Él sabía bien de oficios

y sus manos fueron el instrumento,

tenía el don de dar forma

a lo minúsculo

como esa radio que tengo frente a mí

y a la que observo con puro gozo

de haber visto

lo que un padre es capaz de hacer.

 

Primavera

 

Todo lo que veo

todo lo que sueño

me lleva al mismo lugar:

un jardín de color intenso,

pájaros picoteando el pasto

y un colibrí que baila

sobre el regador.

El cielo azul del atardecer

y mi madre en la silla

mirando a papá,

así como se mira

aquello que se ama.

 


md

María Laura Decésare nació en Rufino, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1969. Reside en Buenos Aires. Estudió Ciencias de la Comunicación y es Técnica Superior en la Corrección de Textos. Publicó los libros de poemas: La letra muda (Ediciones del Dock, 2010), Vida de gatos (Ediciones del Dock, 2012 – reeditado en 2015) y Somos lo que damos (Ediciones del Dock, 2015), La hija menor (Colección Pez Náufrago, Ediciones del Dock, 2017). Integra la antología Décima Convergencia Internacional de poemas “JUNÍNPAÍS2011” (Ediciones de las tres lagunas, 2012). Sus poemas fueron publicados en diferentes medios y revistas gráficas y virtuales de Argentina, Chile, México, Colombia, España y Estados Unidos. Recientemente, poemas del libro Somos lo que damos fueron traducidos al francés, portugués y al italiano. Administra el blog La letra muda: http://mldecesare.blogspot.com.ar/

Fotografía: Nacho Gatica.

 

paula-jPaula Jiménez España nació en Buenos Aires en 1969. En poesía publicó, entre otros, Ser feliz en Baltimore, La casa en la avenida, La mala vida, Espacios naturales, Paisaje alrededor, El corazón de los otros, Terrores nocturnos. En prosa publicó Pollera pantalón / Cuentos de género. Recibió distintos premios provinciales y nacionales y fue traducida al italiano y al inglés. Desde 2008 colabora con “Soy” y “Las 12”, suplementos del diario Página/12. Dicta Talleres de escritura y de lectura grupales e individuales.

“La hija menor” de María Laura Decésare. Por Paula Jiménez España

Cinco poemas de “Wanaku”, de María del Rosario Andrada

 

Compartimos cinco poemas de Wanaku, el último libro de María del Rosario Andrada (Catamarca, 1954), publicado este año por la editorial lisboa.

 

 

LA LLUVIA CAÍA SOBRE CUZCO

 

wanaku

Nos ocultamos

la lluvia caía

sobre Cuzco

como nunca en esa estación

del año

recalamos en un hostal

una indiecita morena

nos besó los labios

con hojas de coca

y nos abrigó en la noche

con cueros de vicuña

 

Una llama parió en el fondo

el vientre

de mi madre se abría

mi cabeza era un colgajo

araña ensangrentada

 

cuando la cría

cayó a tierra

la hembra sin fuerzas

mordió el cuello

resopló el hocico

la pequeña quedó

a la intemperie

fue entonces

cuando un relámpago

le secó los ojos.

 

Un huayno escapó

por la ventana

 

qué hermosos ojos

qué bonito cuerpo

qué linda flor

te voy a querer

a mi linda tierra te voy a llevar

 

LA HONDURA

 

No era la pindó

era un nogal

de pronto

las hojas tomaron forma

y emprendieron vuelo

ahí quedé

sosteniéndome

en la hondura

de la mañana

mientras la luz

se apagaba de a poco

y la lluvia pintaba

a cuadritos mis sábanas

 

 

UN COLIBRÍ DA MEDIA VUELTA Y SE VA

 

Estoy aquí

adherida a la tapia del vecino

las lagartijas

caminan en mi cuerpo

abren diminutos agujeros

un avispón llega

revisa el territorio

medita con sus hélices

se asegura que otro espía

no destruya la estrategia

 

de pronto

una nube negra

flota en el aire

posan sus patitas en la enredadera

no puedo gritar

me sofocan

un colibrí da media vuelta y se va

 

 

NOCHE DE GUANACOS

(Wanaku Tuta)

 

La angustia del niño

que corre

tras una mujer que lo           desconoce

y en las llagas

de la noche muestra los ojos

de la nutriente indígena

la de mancebos recostados

sobre las pupilas del viento

leche derramada por matronas

y sirvientas de amaneceres

por tías milagrosas

que sostienen

nuestros frágiles cuerpos

las del rezo diario

agazapadas en la soledad

de un vientre

 

ese niño de abuelos y tatarabuelos

de mágicas siestas de criados

es viento zonda en la altitud /

y lucero en tierra Wanaku

 

A Leonardo Martínez en su memoria

 

 

EL AGUA DEL CIELO NO HA DE CAER

 

El  viento lleva en el polvo el sol./ La arena se despega del médano/ llega hasta las raíces de los árboles/ corta el límite/ espía entre los pastizales y las lomas/ avanza por el blancor de la osamenta en los hoyones./ Algo arde en esa distante sencillez…

Julio Salgado

 

En la tundra pequeña donde los caballos no pastan

y la arena forma remolinos de vientos

sobrevuelan       aves zancudas que migran hacia el salar

 

en noches de relámpagos puede verse

el techo de una casa que el zonda ha enterrado

siluetas, ondulaciones, montes

y alguna luz misteriosa

el agua del cielo no ha de caer

canta una vieja coplera

 

en otro amanecer las cosas vuelven

a su lugar

el aire es transparente

la montaña una planicie

 

en los confines

la furia caníbal del viento

vomita un pueblo fantasma

 

 

 

María del Rosario Andrada (San Fernando del Valle de Catamarca, Argentina, 1954). Es poeta y narradora. Ha publicado los poemarios Uvas del invierno y Casa olvidada (ambos por Municipalidad de Catamarca), Tatuaron los pájaros (Botella al mar), Anuin y los senderos del fuego, Los cánticos de Otmerón y Profanación en las alturas (los tres por Ediciones Último Reino), Los señores del jaguar y Huayrapuca, la madre del viento (ambos por Editorial Vinciguerra), Último resplandor y Suri, patitas largas (ambos por Ediciones del Dock) y Wanaku (editorial lisboa). En 2003 publicó el libro de cuentos Las tres caras de la herejía (Ediciones del Candil). Su poesía fue parcialmente traducida al inglés y al alemán, e incluida en distintas antologías de su país y del extranjero, entre las que destacan: Poesía de la mujer argentina (Editorial Emma Fiorentino), Publicaciones Técnicas, Antología AMORica Latina (Universidad de Viena, edición bilingüe, Austria), Poesía del Noroeste (Fondo Nacional de las Artes) y Poetas argentinas (Ediciones del Dock).

 

* Todos los poemas pertenecen a Wanaku (editorial lisboa, 2017). Selección: Felipe Herrero.

*Fotografía: Facebook de Rosario Andrada.

 

“La hija menor” de María Laura Decésare. Por Paula Jiménez España

Nieve, algunos poemas de Leo Lobos

Una muestra de la poesía de Leo Lobos, poeta, traductor y artista visual chileno de reconocida trayectoria

Nieve

“nieva y en la ciudad

todos quisieran cambiar de nombre”

Jorge Teillier

 

Oh las palabras

El viento

El rocío

El agua

La tormenta

 

Oh las palabras

Aire

movimiento

Sueños de concreto armado

Vuelo mental

Electricidad

Materia

Pudridero

 

Oh las palabras

Trazos esféricos en tinta negra

Mapas y rutas astrales coloreados de nuevo

Galaxias sin más

Soledad

Y tormenta

 

Oh las palabras

El arte

El aliento

El alma de las cosas

Lo que es

Lo que será

Oscuridad y pura tormenta

 

Oh las palabras

Recuerdo

y

Olvido

Olvido y

Tormenta

 

Oh las palabras

Ser y hacer

Y solo tormenta

 

Oh las palabras

Ocaso

Traición

Y la más clara

Y absoluta tormenta

 

¿Cuáles son las palabras que la nieve  oculta con sus cuerpos en el alba?

 

“La guerra que ayer era de otros está hoy en todas partes”

GigiaTalarico

 

Nieve – uno

 

Para ver Nieve en la noche

debes cerrar tus ojos

en su transparencia

radiante

verás entonces

con los ojos cerrados

una

vez más

Nieve dentro de ti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los vagabundos del karma

 

El cielo es blanco como el suelo blanco

Ciegos e invisibles vamos

en esta marcha

Para no olvidar en nosotros

el recuerdo de nosotros que se borra insistente

¿Cambiará esta luna?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Dónde?

 

Tenues olas de aire

blancos acantilados

desde el confín extremo

azules y minúsculos cristales de hielo

soplados por el viento

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Starting-gate

 

A Carson Smith McCullers (1917-1967).

 

Aquí estoy en la puerta de salida

ni caballo

ni caballero

leyendo un libro de un tiempo

al cual no tendrás acceso

El corazón es un cazador solitario

que nada en el acuario

de la imaginación

un solitario reflejo a plena luz

Seré el último en saltar

a la pista

en esta carrera

en donde todos quieren llegar

en primer

lugar

Sabes

Me consuelo mirando a los pájaros

que se perderán como todo en la niebla

de una tarde cualquiera

 

En Campinas, Sâo Paulo, Brasil Marzo de 2006.

 

 

“un poeta nunca es un manojo de accidentes e incoherencias que se sienta a desayunar. Ha renacido como una idea; algo deliberado completo”

William Butler Yeats

“las redes de pescar palabras están hechas de palabras”

Octavio Paz

 

Turbinauta

 

Un estallido

intermitente y pasajero

de

fragmentos

luminosos

en

mitad del día

en cualquier

lugar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“la estrella se revela por medio de la lengua francamente”

Carlos Germán Belli

 

Un pintor primitivo culto

La soledad es un claro espejo

mas dibujo, rayo, ensucio y pinto sin pensar

sin decir

como la sombra del hielo

sobre la nieve

 

“veo al mundo como una humana, salvaje e inanimada naturaleza;                                              estoy entre ellos pero no soy de ellos”

  1. S. Eliot

 

Cuando tú ya no eres tú

Salgo de mi

 

“Voy a participar del movimiento de las constelaciones”

José Kozer

 

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Leo Lobos  (Santiago de Chile, 1966) Poeta, ensayista, traductor y artista visual. Ha publicado entre otros: Cartas de más abajo (1992), +Poesía (1995), Perdidos en La Habana y otros poemas (1996), Ángeles eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Turbosílabas. Poesía Reunida 1986-2003 (2003), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Vía Regia (2007), No permitas que el paisaje este triste (2007). Y el poemario NIEVE presentado en la Feria Internacional del Libro de Santiago en 2013. Su obra ha sido traducida al portugués, búlgaro, inglés, italiano, árabe, francés y holandés, siendo él mismo traductor de importantes escritores, como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Herbert Emanuel de Oliveira, Paulo Leminski y José Castelo entre otros. Sus fotografías, ensayos, dibujos y poemas han sido publicados en revistas y antologías en Chile, Argentina, Perú, Brasil, Cuba, Estados Unidos, México, Túnez, España, Portugal, Bulgaria, Francia, Italia y Alemania. Sus dibujos, poemas visuales y pinturas forman parte de colecciones privadas y publicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia.

“La hija menor” de María Laura Decésare. Por Paula Jiménez España

Poemas de Javier Gutiérrez Lozano

A LA MANERA DE VEDRAN SMAILOVIĆ

 

Ni mis treinta poemas a Sarajevo

niSarajlić y su dolor contenido

nilos gritos ahogados de mi gente

ni los millones que te han visto lloran en sus televisores

ni la pasión de los alumnos de Karahasan

ni los escombros que alberga un violonchelo

ni los veinte que hacían fila buscando algo que comer

 

ni las balas         ni la ayuda

ni el recuerdo ni el futuro

podrá suplir el sonar de tu adagio en los funerales

ni podrá devolver a sus muertos. 

 

 

 

DESPERTAR DE UN SUEÑO

A Fernando Valverde

 

Después de un viaje que ha necesitado años

y nueve horas de camino,

despierto en Sarajevo a mi primera tarde

donde al igual que mi añoranza

las aves levantan vuelo ante el recuerdo.

 

Despierto al sol y a las palomas con el murmullo

de mi andar

e inundo mi deseo con recorrer las calles.

 

Tal vez, acentuando el paso,

pueda despertar a los diez mil asesinados.

 

A veces, cuando ya no queda nada,

si pronuncio tu nombre, en esta boca hambrienta

estalla el universo.

 

 

 

 

 

 

 

PRESO

A Damir y Luka Rogić

 

Descubrir tu nombre

enlistado al combate

era el principio de la gran tragedia.

 

Elegir entre la guerra y la cárcel

no es cercano a un sinónimo de libertad;

 

quien es libertador en medio de la muerte

se convierte en un preso de su propia vida.

 

 

 

 

CARTAS A ADMIRA

Vrbanjamost

 

Detrás de este poema existe un hombre

que no le teme a todo lo perdido,

un hombre que prefiere ser fantasma

a aferrarse a la luz que emite el miedo

en una habitación donde habitan las sombras.

 

Está llena la vida de cobardes

y sostienes la mía entre tus dedos:

las manos de los hombres pudieran ser la muerte.

 

Aquí nadie está exento del temor;

en estas calles hay metralla y sangre que me obliga

a detenerme,

y puedo decidir cambiar el rumbo y no cruzar

-la vida ofrece varias direcciones-

pero no existe amor que salve a los cobardes.

 

Recuerda, si me pierdo en el trayecto,

lo haré buscándote.

Creer en el amor por encima de todo

nos volverá inmortales.

Siempre he creído en ti. 

 

 

SEIS DE ABRIL

UlicaMaršala Tita

 

Los hombres que no conocieron la guerra

que su noche no repite los sonidos de metralla

que jamás entenderán

que tú y yo, que nosotros,

hicimos el amor para olvidar nuestras heridas

 

son los mismos que hoy visten

esta ciudad de rojo

con once mil asientos

que podrían ser cualquiera excepto tú.

 

Ajenos a la muerte,

muy lejos de la vida,

qué importa que sea abril

si tú no estás.

 

 

 

DOS HERMANOS Y UNA CAMA

 

He cambiado las sábanas

pensando que te has ido, que tu molesto torso

no habrá de hundirse más en esta cama

que me mira olvidada,

extraviada de ti,

que no supiste decirle adiós con tus sudores,

y tus cabellos cortos,

y con todo tu sexo derramado,

cuando en ésta jamás debiste pagar cuota

dependiendo del amor o la aventura.

 

Ingenuo tú, que te creíste libre de no visitar

más esta casa,

de no ser testigo habitual de una cama en desorden, como tu vida

quedestendías a media noche para llenar la almohada con tus penas, faltas o cenizas de cigarro.

Quién fue sino esta cama,

el secreto de todas tus amantes,

la tinta desbordada de tus poemas mal escritos

y la lucha eterna de un hermano

que hoy reclama a estas sábanas tu ausencia

y en esta cama

que olvida tu figura sumergida

en todo lo que fuiste mientras poblabas sueños.

 

Al otro lado de la guerra

supe que tu cuerpo fue envuelto en sábanas extrañas

y decidí olvidarme de éstas tuyas,

pues fueron otras

y otros brazos  y no los míos

los que envolvieron tu cuerpo

cuando más lo necesitabas. 

 

 

¿Y FLORES PARA QUÉ?

 

¿Y flores para qué si no serán tuyas,

ni habrá suficientes para el cementerio  que es esta ciudad?. 

 

 

 

 

BIĆE BOLJE

En esta guerra nada ya me duele,
excepto el hambre.
KEMAL ZUKO

 

Y qué decirle a un hombre que lo ha perdido todo,

si la noche es la luz de su ventana,

y recuerda una vida no vivida.

 

Pisar ahora la orilla de un río

que fue nostalgia, que fue el cuerpo desnudo

de un amante,

eshoy el primer paso de la caída,

la muerte que regresa con las aguas, y el río

un varadero de quien ha olvidado seguir

sus propios pasos.

 

Cómo hablarle de mi tierra, de aquel árbol

que es mi padre,

y la profundidad de aquellos ojos que me despiertan,

que son el origen, el comienzo del cauce a ciegas,

cuando la corriente que conoce sólo limpia

el rastro de todos los caídos.

 

Cómo hablarle de ti, a este hombre que cree que el

invierno son las huellas de alguien que se marcha,

y la nieve es el agua que evita a los sedientos.

 

Quién soy yo, vida mía, quién soy yo,

éste a quien tanto amas,

sino sólo un testigo más de la desgracia.

 

Qué es el amor, este querer vivir tan a pesar de todo.

 

Sordo es el hombre

que responde a las voces del pasado,

y yo

quiero vivir aquello que se cortó en sus vidas.

 

Nada me asusta ya,
pues me he quedado sordo.
No escucho el bombardeo
he ensordecido a todo…
Bićebolje, bićebolje.

 

 

 

PENUMBRA

 

A través de la penumbra que deja el estallido

la noche le devuelve a mis muertos su sombra

y soy de nuevo

quien a los cuatro años

se escondía debajo de la cama.

 

Cuando cerrar los ojos no basta para ocultar el miedo

y despertar

me convierte en una cifra menos de las listas,

el dormir es la otra batalla que se libra cada día.

 

A veces, en medio de los bombardeos

me queda sólo imaginar tu voz

para conciliar el sueño. 

 

 

LECCIONES A UN PADRE

A Javier Bozalongo

 

Cuando en tu arma no reconozcas

el dolor ni la fuerza del gatillo

adviértele a tu hijo

que el odio también se hereda.

 

 

Jfoto-javie-gutierrez-lozanoavier Gutiérrez Lozano (Puebla, México. 1988). Poeta, editor, traductor y periodista. Director de Alcorce Ediciones, Catedrático de Ciencias Sociales y Artes, y especialista en política y cultura de los Balcanes. Traducidas a distintos idiomas, sus obras han sido recuperadas en libros como Homenaje al Doctor (España, 2013),  El álbum del fingidor (España, 2014), Koj je Koj?(Macedonia, 2015), Outrage (EE.UU., 2015), TogetherThroughLife (España-EE.UU., 2016) y Evocaciones (España, 2017). Es autor de los poemarios Vuelta al origen y otros poemas (Venezuela, 2014), La magnitud de la distancia (México, 2015) y No sólo lluvia; cuaderno de Sarajevo y Belgrado(España, 2015).

V Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro

V Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro

Del 25 al 29 de junio de 2013 se realizó la quinta edición del Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro. Al igual que en años anteriores participaron poetas internacionales, de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires.

Cinco años ininterrumpidos de buena poesía, representativa de las distintas tradiciones argentinas y latinoamericanas. Más encuentros, más poesía de calidad, más identidad cultural, más diversidad poética.


 Cobertura de la Televisión Pública

 

Apertura

25/06- Sala Solidaridad [2º SS] 19:00.

  • Cristina Banegas dice a Juan Gelman.
  • Presentación de los poetas internacionales invitados al festival: Alessio Brandolini (Italia), Rodolfo Dada (Costa Rica), José Angel Leyva (México), Omar Lara (Chile), Sandra Santos (Brasil), Fredy Yezzed (Colombia) y Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador).
  • Teresa Parodi, la poesía y la canción. Recital de la reconocida cantautora argentina.
  • Presentación de la Revista de Literatura Latinoamericana Espacio Literario Juan L. Ortíz.
  • Brindis.

Invitados Internacionales

Alessio Brandolini (Italia), Rodolfo Dada (Costa Rica), Jose Angel Leyva (México), Omar Lara (Chile), Xavier Oquendo (Ecuador), Sandra Santos (Brasil) y Fredy Yezzed (Colombia).

Invitados de las Provincias

Niní Bernardello (Tierra del Fuego), Emiliano Cruz Luna (La Plata), Rodolfo Godino (Córdoba), Ana María Pedernera (Lobos), Ramón Minieri (Río Negro), Alberto Tasso (Santiago del Estero), Priscila Vallone (Tierra del Fuego) y Tomás Watkins (Neuquén).

Invitados CABA

Daniel Calmels, Dolores Etchecopar, Javier Galarza, Juan García Gayo, Noé Jitrik, Claudia López, Lucio Madariaga, Jorge Ariel Madrazo, Eduardo Mileo, Hugo Mujica, Martín Rodríguez, Mariano Schuster, Emmanuel Taub, Juano Villafañe y Paulina Vinderman.

Auspician

Casa Nacional del Bicentenario, Secretaría de Cultura Presidencia de la Nación, Red Nuestra América de Festivales Internacionales de Poesía, Sociedad Argentina de Escritores, Ediciones Colihue, Editorial Losada y Antígona Libros.

Sedes

Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (Av Corrientes 1543 – Salas Solidaridad y Jacobo Laks) y Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985).

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