by Claudio Medin | 16 \16\America/Argentina/Buenos_Aires septiembre \16\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Presentamos una selección de poemas de la poeta neuquina Mariana Rosa; entre ellos, un adelanto de su próximo libro.
Hacer la plancha
Si duermo entre dos celestes
como un camalote abierto
si sueño, líquida la espalda,
nubes que pasan
y flotando seguirlas
en el cauce, el viento
algo desde mi fondo
se desprende y sube
una moneda sumergida
en burbujas resuena
y se levanta,
una voz.
Esta es la gracia:
quien recibe
vibra
y tañe
la propia nota.
Una pequeñez entre el agua
y el cielo, canta
su música es eco de la luz
que la sostiene.
*
La repetición de los álamos al borde de la ruta.
Siempre debe andar este tramo del camino.
Travesía es dejar atrás el suelo natal,
buscar lo propio en el devenir que se imagina.
Cientos de colectivos todavía partiendo
desde la casa primera;
la misma gesta se proyecta en las ventanas cada vez.
¿Qué desea la mujer a bordo?
Señaló un derrotero con el dedo desde la ruta 22;
tuvo fe en el movimiento.
Ahora se siente madurar, fruta
furtiva en el asiento.
Los álamos se suceden,
interminables hileras que plantaron sus ancestros,
para protegerse del ir y venir
del viento.
*
A veces soy una laguna
pantanosa en la Selva Triste.
Puedo sentir las plantas
creciéndome en el fondo,
carnosas, avanzando
lentamente hacia arriba,
confiando encandiladas
en el pequeño rayo de luz.
Veo sobre mí una película finísima
y plateada
que es el fin del agua;
los tallos y las hojas llegarán,
sus cuerpos serán otros
cuando la quiebren.
Quiero estar despierta
porque sucederá otra vez:
sobrevendrá un mundo.
(De Primeros Fríos, Espacio Hudson, 2019)
*
Llega, viene,
la Musiquita.
La mu
si
qui
ta.
Macky Corbalán
Las bandurrias llegaron
inesperadas los primeros días de otoño,
se escuchan en montonera
en la mañana temprana, mitigan
la tristeza de ver al sol menguar,
volverse un animal dócil
después de su celo salvaje
de su furor felino
que nos mantuvo irisados el verano entero.
Ahora la bestia dorada se echa a dormir,
y las bandurrias le caminan tranquilas por el lomo.
Traen su trinar, … ¿como un toque de silencio?
¿como el augurio de la nueva estación? ¿del sosiego?
Que venga así también la musiquita,
que aquietada oiga en mí ese gorjeo
que llora o canta
cuando solo queda irse,
o amar lo que se va.
El párpado que se cierra,
la temporada solar en su desmayo.
Que pueda cantar
como una bandurria,
las patas en los primeros charcos oscuros,
las notas
como una llamarada pequeña,
la luz amasada
y oculta en el centro del cuerpo
lanzar al aire:
hilo de Ariadna,
puente colgante,
único y trémulo
derrotero fiel
en el pasaje.
*
Primavera,
avistaje incipiente
del verano conjurado,
anuncio de aquello que viene
en respuesta al anhelo de fruta
y de calor.
La inminencia de los brotes,
el temor
a su irremediable materialidad deseada,
el atisbo
de una flor desconocida,
el espíritu que puja
imbatible hacia no sabe qué color
qué pétalo qué espina, cuajará.
Ave, estación preñada,
pueda ser mi aura la tierra
el agua el aire
que esta encarnadura pide;
soplo y paisaje infinitos
urden una forma viva
en mí. Que aprenda
la torsión la contorsión, la dulce
y amarga espera
que descubre arena y fango
según urge el clamor.
Cactus o magnolia,
hiedra trepadora,
cardo errante,
que la savia me encuentre dispuesta
flameando cuerpo y alma en su fe germinal.
Ave, estación del augurio,
pináculo del temblor.
(De El Cruce, de próxima publicación)
Mariana Rosa nació en Neuquén en 1974. Estudió Lengua y Literatura Inglesa en la Universidad Nacional de Cuyo y, más tarde, hizo una Maestría de Investigación en Estudios Literarios Comparados en la Universidad de Utrecht.
En el año 2001, integró el grupo fundador de la Casa de la Poesía de Neuquén y obtuvo una beca de la Fundación Antorchas para participar en los talleres de escritura organizados por Revuelto Magallanes. Entre el 2003 y el 2006 hizo clínica de obra con la poeta Alicia Genovese.
Publicó Crónica de un Salto (Ediciones de Dock, 2006), las plaquetas “Vestal” y “Un Abrigo Errante” (la cebolla de vidrio, 2017), y el poemario Primeros Fríos (Espacio Hudson, 2019). La edición de su libro El Cruce está en preparación.
Actualmente sus días transcurren entre la Argentina y los Países Bajos.
by Claudio Medin | 27 \27\America/Argentina/Buenos_Aires enero \27\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Compartimos tres poemas de Karrukenk, el último libro de Alejandro Pinto (Río Grande, 1988), publicado en 2022 por Kloketen Cartonera.
LA PARTIDA
Un cazador Selk’nam
partió contra el viento
deslizándose entre coirones
deteniéndose sobre su rodilla
tensando el nervio
del arco, apretando
el talón contra la tierra.
Solía dar al primer intento.
Una flecha partió contra el viento
zumbando como una piedra
afilándose en el aire
en la huída
en el cuero
del guanaco.
Solía dar al primer intento.
Para abrigar a su tribu
para alimentarlos
para recoger
de sus ojos
la distancia a recorrer
hasta el próximo
guanaco.
Solía dar al primer intento.
Todavía no regresa.
*
PIEDRA DE KUANIP
Piedra milenaria. ¿Cúmulo de qué
de cuántas miradas antiguas
sos? ¿En qué estás pensando?
Te ves cansada y espléndida. ¿Qué hay
en el horizonte que no
querés ver? ¿Qué secreto
te pesa?
¿Esos cormoranes que descansan
en la cima de tu cráneo
son tus pensamientos?
¿Esas piedras a tu lado son tus hijos?
¿Anoche te alcancé?
¿Te alcancé cuando sentí que te ibas?
Bajé de mi guarida a buscarte,
y te alcancé, o no, y a mi regreso,
ni guarida ni amor me quedó
alcanzado.
¿Sentiste el humo
de mi fogata esta mañana? ¿El tacto
de mis ojos atardecidos? ¿El miedo
de mis manos al tocarte? ¿Esos
cormoranes que se vuelan
son tus pensamientos?
*
GUANACO ALAMBRADO
Muere desenterrándose
la sombra a patadas
queriendo abrir un cielo
en el alambre.

Alejandro Pinto nació en Río Grande, Tierra del Fuego, en 1988. Es poeta, tallerista y gestor cultural. Ha publicado: Loque vaque dando (edición independiente, 2011), El patio de atrás (Ñasaindy Cartonera, 2012), Yo cebo (Kloketen cartonera, 2013), Relatos de un cartero (Kloketen cartonera, 2017), La isla me llama (Kloketen cartonera, 2017), Los animales o yo (edición independiente, 2020), Luna guacha (Kloketen cartonera, 2021), Abuelos de Papel (Editora Cultural Tierra del Fuego, 2021) y Karrukenk (Kloketen cartonera, 2023).
by Claudio Medin | 17 \17\America/Argentina/Buenos_Aires enero \17\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Compartimos tres poemas de Muérdago, el primer libro de Ludmila Cabana Crozza, publicado en 2022 por la editorial patagónica Las Guachas.
Pájaros aleteando adentro
Hay unas palabras que no encuentro
son sobre origen empiezan en
ombligo claro
no sé dónde o cómo
pero
sí se
han perdido
las recuerdo como fondo de aljibe redondas y silvestres
estaban en el filo de un vaso roto también
creo
haberlas visto creo
haber bebido mi propia sangre en su búsqueda
de piel eran
unas palabras sangraban
lo bello ay, es un eco después
pájaros aleteando adentro
lo agitan todo.
*
De agua dulce un hombre
las olas en su altura
la luna llamando la sal adelante
atrás
algunas noches el viento marino azotaba aberturas y aves verdes gritaban por el aire
mi madre no recuerda el mar
el padre de mi padre era de un río a él adiós
de Agua dulce un hombre
puede morir
su nombre empaña
tal vez sea de ahí la ausencia de equilibrio
tal vez sea de sol la ruina
o espejo roído donde mirar
cómo eran los días desde el mar aunque desierto le llamen.
*
De vaivén
el poema que no elijo duerme en el final de una página en blanco plegada
hasta desaparecer
el poema que no elijo
tiene forma de cáscara de fruta de final
de vaivén de hamaca
es parecido a
la caricia en el lomo de un gato dinosaurio
el poema que no elijo tiene filo y cuidado
dice que puede cortarte la boca
no reza a la existencia este poema no sabe quién fue Baudelaire
no canta a los amaneceres ni puede describir qué cosa es un jardín.
el poema que no elijo es mío y no existe aún porque fue tuyo antes
nacerá en
el momento exacto vendrá al mundo en ese segundo cuando
se pueda escribir con el humo
de la bala que lo mate.

Ludmila Cabana Crozza nació en General Roca-Fiske Menuco, provincia de Río Negro, en 1985. Vive actualmente en esa ciudad. Es profesora en Letras y escribe poesía y narrativa. Da clases en el Instituto de Formación Docente Continua, en la facultad de Lenguas de la Universidad Nacional del Comahue y en el Instituto Universitario Patagónico de Artes. Fue incluida en las antologías de poesía y de narrativa: Flotar. 100 poemas sobre ríos. 100 poetas argentinxs; Por Senderos no pisados. Antología de joven poesía rionegrina; Transversal. Poesía contemporánea de Río Negro y 18 crónicas patagónicas. Publicó su primer poemario, Muérdago, en 2022 con Las Guachas editorial.
by Claudio Medin | 11 \11\America/Argentina/Buenos_Aires enero \11\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Tres poemas del libro Calles laterales, de Jorge Spíndola, recientemente publicado por Ediciones Facón Grande, a veinte años de su primera edición.
en el camino
la pampa
animal extenso apuñalado
la ruta es un cuchillo
lamiendo los bordes de la luz
el aire azota matas, todo vuela para atrás
todo es pasado, todo está por suceder
el automóvil y su sombra van flotando
sobre un paisaje amarillo
hasta el fondo de la piel
un tendal de postes infinito
sostiene cuadros con campos de van gogh
sensuales las curvas
aves sensuales flotando por allá
todo es pasado, todo está por suceder
*
Lisboa
nunca estuve en Lisboa
siempre acá,
metido en este cuerpo,
atado al páramo o abrazado
al mar y sus acantilados
siempre los mismos ojos
con cuchillos naranjas en la tarde
siempre acá
nunca caminé por las calles de lisboa
siempre pampa seca
y autos abandonados al borde de la ruta
ahora mismo me invade la imagen de un colectivo
detenido para siempre
oxidándose con yuyos en su cuerpo
un bedford verde agua
con teros lejanos en su lomo
nunca puedo abrir esa cortina
que envuelve la existencia
esa cortina agitada por el viento
que anda como gasa
cayéndose sobre mi cuerpo
siempre acá,
entregado como un perro a este paisaje
oliendo matas, salpicado de escarcha
para siempre
lisboa crece por mi boca en esta noche
mientras orino abrazado al álamo de casa
mientras pasan autos en la ruta
mientras llueve y crece el perfume de la tierra
mientras nada se parece a lisboa
y sólo un gato
camina en los paredones de mi calle
lisboa qué lugar extraño
navegando en mis entrañas
lisboa tantas cosas
tantas noches navegando
al sur de toda mi existencia
*
el círculo de orín
a veces alguien cruza los límites del olor
entran y salen policías requisan
cada pequeño círculo de orín
se llevan del forro a un sospechoso
de infragar
la noche que el sapo le partió
la cabeza al viejo ñancupel
acá no había dios
estaban ellos solos
pelearon por una caja de vino
no había esa noche poderes del estado
la república queda al otro lado de este círculo
cabrón
no había luz sólo un par de velas
cuando manaba sangre del cuerpo de ñancupel
no había un sólo rasgo de virtud
estaban ellos solos como lobos resacados
mordidos y sudados en alcohol
esa noche cayó una helada
y la ropa se hizo escarcha contra el piso
cuando llegó la policía el sapo ya no estaba
luego lo encontraron dormido en una pieza
hecho un ovillo con la caja reseca de tetra
en el regazo
el imputado presenta huellas de polvo de ladrillos
en las manos varios hematomas en el cuerpo
anote principio de congelación mejilla izquierda
todo gira en silencio adentro del círculo de orín
un pullover amarillo con manchas de café
un par de zapatos comidos por la cal
un balde de albañil una plomada
dos medallas de box de la liga amateur
cosas que ahora es extraño enumerar
sobre los techos de zinc
cae la luz de la ciudad

Jorge Spíndola nació en C. Rivadavia en 1961. Habitante del Wallmapu, ha vivido en el sur de Argentina y Chile alternativamente, donde integra diversas organizaciones culturales, sociales y académicas. Licenciado en Letras y Doctor en Ciencias Humanas. Docente-investigador en en la Universidad Nacional de la Patagonia y en el ISFD 807. Publicó los libros de poemas Mátame si no te sirvo (1994, Último Reino) Premio Fondo Nacional de las Artes 1994, Calles laterales (2002, Sur del Mundo, 2022, Ediciones Facón Grande), Premio Festival de Poesía de Medellín, Jerez volcado (2010, El Suri Porfiado), Perro lamiendo luna y otros poemas (2013, Jinete Insomne), Flores encontradas -Peshake rayen- (2021, Espacio Hudson), y los ensayos ¿Conocimientos y saberes para quién? Conflictos sociales y universidad (2017, SERIFA, Santiago de Chile) y El Az Mapu: poética y políticas del Buen Vivir (2022, Editorial INOLAS. Potsdam- Londres).
Fotografía: Dmitri Ivanov
by Claudio Medin | 7 \07\America/Argentina/Buenos_Aires enero \07\America/Argentina/Buenos_Aires 2023 | Poesía
Compartimos tres poemas del último libro de Sabrina Barrego, Máquinas de duelo, publicado en 2022 por Falta Envido Ediciones.
Creo que a mí me brota
el mal humor
como a los frutos
de una damasca
que ya nadie cosecha.
Cada herida es autosuficiente,
se encapsula en un botón
diminuto, imperceptible,
donde se hincha el dolor.
El dolor es un brote
como este,
dentro del diente de un ajo;
para cocinarlo
se remueve ese capullo
con un cuchillo afilado
y se lo desmadra.
Desmadrar:
el último término
que mi madre me enseñó.
*
TOC TOC :
él abre la puerta.
Una mujer pasa
y, después, otra.
Lo que una vez pasa
puede seguir pasando.
Imaginamos
un objeto,
una sustancia,
un estado,
una acción,
una experiencia,
una persona,
un sentido.
No importan.
En realidad,
lo que deseamos
es la sensación de alivio
cuando se llega allí.
Lo que deseamos
es descansar
de la sospecha.
Buscamos dejar
de buscar:
anhelamos.
Desilusión tras desilusión
descubrís que ninguna cosa externa
es capaz de ponerle fin al ciclo.
Nada fuera
de nosotras.
Reconciliada con vos misma,
te das cuenta de que esto es
lo que siempre habías deseado
desde el primer momento.
Acá, ahora,
siempre tan cerca y
en la dirección equivocada.
*
PERDONÁ QUE LO DIGA, PERO COGER NO ES NADA. PARA LOS DIOSES, PARECEMOS PERROS. Y SIN EMBARGO MIRAN [MARY RUEFLE]
¿perdiste
documentación vital?
¿te mudaste?
¿te atardeciste
sentada en el capó
de un viejo auto
contemplando los trigales
(así de amarilla
es la pampa)?
¿te bañaste
en un tanque australiano?
¿cuidaste de una yegua?
¿te excediste con su avena
y saliste picando
al galope?
¿peinaste en una
terapia intensiva
el cabello
blanco,
desde muy temprano,
de tu madre?
¿te lo reprochó?
¿atendiste un parto
de un bebé
o de un ternero?
¿saludaste al tren?
¿visitaste en la cárcel
a un ser amado?
¿intentaste coser
o rezar?
¿buscaste lo eterno
o la manera
de despertar
sin sentir
ya más la muerte?
¿atropellaste a un perro?
¿te atropellaron?
¿mataste para comer?
¿con qué sanaste
los moretones
de tus muslos
después
de los inyectables?
¿sentiste miedo de quedarte
dormida?
¿pasaste hambre?
¿te escribieron cartas?
¿le escribiste a tu bebé
en caso de no lograrlo?
¿viste llorar a tu padre?
¿cuántos amigos perdiste
esa vez?
¿bailaste morenada
borracha de chicha?
¿pasaste una noche
en la guata
de la serpiente?
¿te heriste la planta suave
de un pie
con la espina del algarrobo?
¿te curaste sola
con llantén?
¿aprendiste a nadar
desnuda
en un canal?
¿despertaste
por la mañana
con el olor a hinojo
recién regado,
a manzanilla?
¿comiste patay?
¿robaste granadas?
¿cosechaste ciruelas?
¿miel del panal?
¿preparaste después el dulce?
¿amasaste el pan?
¿le suministraste morfina
a un niño?
¿sobrevivió?
¿practicaste el abandono?
¿contaron los lunares
de tu espalda
en la vía láctea?
¿llovieron en vos?
¿rasguñaste a propósito
en el pecho de alguien
buscando provocar dolor?
¿él te cuidó en tu cautiverio
o cuando llegó la sangre
o cuando la sangre se fue?
¿atravesaron un incendio?
¿lo levantaste del suelo,
una y otra y otra vez?
¿guardaron juntos
el sueño de tu hijo?
¿fuiste para alguien
un tema de amor?
¿un amor como el que
pueda aparecer
en los libros
que lee
o en los que escribe?
¿has sentido
en tu corazón
la caída inexorable del otro
como el desprendimiento
de una rama que cae…?
¿caíste como
desde un barranco
vos también?
¿te pidieron que
te quedases aunque sea
para vengarte?
¿cultivaste un jardín?
¿leíste a Virginia Woolf?
¿la entendiste?
¿construiste una casa?
¿un cuarto propio?
¿lo derribaste
y lo comenzaste de nuevo
hasta que, como a todo,
la devore la hierba?
¿sacaste la basura?
¿te burlaste del dolor?
¿y del horror?
¿qué poema
vas a estar escribiendo
a la hora de tu muerte?
qué pena si fuese malo.

Sabrina Barrego, Luján, Buenos Aires, 1987. Actualmente sobrevive en Mendoza. Fue antologada por Susana Szwarc en Puentes poéticos (DLG, 2018), por Silvio Mattoni en Poesía del estero (Secretaría de cultura de Santiago del estero, 2021) y por Elena Annibali en Poetas Argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock, 2022), entre otros. Editó Trinchera por Ediciones culturales de Mendoza en 2019. Las hojas del otoño (audiolibro) plataforma mendozaencasa.com, 2021. Participó del festival Poesía ya! del CCK en 2022, en la categoría Poesía en voz alta y en el ciclo Poesía en la terraza del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Coeditora de la revista La intemperie Mendoza. Grabó el disco Poemas de amor junto a Tulpa, FLAI, 2022. Participa de proyectos de experimentación sonora. Este año se editó Máquinas de duelo en Falta Envido Ediciones (Tucumán).