by Claudio Medin | 22 \22\America/Argentina/Buenos_Aires mayo \22\America/Argentina/Buenos_Aires 2019 | Notas
Por Sergio Rodríguez Saavedra
Leo Lobos (Santiago, 1966) viene publicando sostenidamente desde principios de los 90. Una poesía breve, concisa, narrativa. En esta oportunidad llega “Corazón”, entrega de la Colección Poeta Raúl Zurita que -también por años- mantiene Mago Editores, un proyecto que con regularidad acerca la actual poesía chilena al espacio público. Y nombrar el tiempo es pertinente cuando se habla de poesía, este arte que debe acercar la huella de lo sentido a un lugar en el alma.
La madurez de este trabajo se signa por la comprensión de la propia escritura y la función que todo poeta cumple en este ejercicio:
“Apoyándome en mí
envolviéndome en mí
desde mí mismo
para dar con mi voz exacta”
(La voz del corazón)
Una exigencia que la continuidad del trabajo debe dar al texto. Una forma de reiterar que es el autor, y no otro, quien provee las palabras que albergan el sinsentido de la vida. Y para llevar a cabo su trabajo qué otro punto de referencia más exacto que el corazón, el cruce original y espontáneo de nuestra tradición lírica.
No se crea, sin embargo, que es una alabanza al lugar común ni una elegía por aquello que se ha perdido, nada de eso. Aquí acudimos a una estructura que aspira a delinear (nunca definir) el eje central de un largo proceso llamado creación y, a través de éste, descubrir una poética que articule los trabajos que le preceden:
“El poema es una
isla sumergida
la oscuridad
donde veo”
(Latidos en el corazón)
Tras veinte años de la primera crítica que hice del trabajo de Leo Lobos (la plaquette Ángeles eléctricos) ya se posee lo que en las bienales se definen como “afinidades afectivas” (ese afluente del Goethe de Afinidades electivas), eso que uno encuentra como parte del propio camino: experiencias, lecturas, trabajos entrecruzándose que nos hacen llevar autores como parte de la propia biografía, que no es otra cosa que comprender la extensión discursiva propia en el relato de la poesía chilena, siempre atenta a las vanguardias pero también sus herencias. En este caso, la singularidad del poema breve donde se pueden reconocer y recordar a Gonzalo Millán, Omar Lara o Mauricio Redolés siguiendo la corriente de obras y autores.
El libro Corazón, cuyos textos poseen una extensión regularmente epigramática, va delineando una propuesta coherente. El mismo trabajo adquiere independencia y se nutre a sí mismo con el ejercicio plástico conocido del autor: las traducciones del portugués que Leo Lobos ha entregado a nuestro deleite, y con ello, este decir cobra una seguridad que sabe combinar lo público y lo privado, se hace voz.
“Toda oscuridad
enciende miles de
luciérnagas
Las cosas importantes
suceden
en lo oscuro”
((Co) Razón).
De este modo, Corazón, viene a ratificar la escritura continua de un autor con tres décadas de oficio en la singular poesía chilena.
Sergio Rodríguez Saavedra (Santiago de Chile, 1963). Ha publicado en poesía Suscrito en la niebla (1995); Ciudad Poniente (2000 – 2002); Memorial del Confín de la Tierra (2003), Tractatus y Mariposa (2006), Militancia Personal (2008); Centenario (2011); Ejercicios para encender el paso de los días (2014) y Patria Negra Patria Roja (2016). En España fue editada la antología de su obra Nombres propios (2017), y en Colombia su Antología de agua y hueso (2018). Ha ganado diversos premios y becas. Participó de las antologías críticas Anguita 20/20 y Teillier Crítico. Actualmente escribe para Revista Cultural La Noche y Latin American Literature Today.
Leonardo Lobos Lagos nació en Santiago de Chile en 1966. Ha publicado 15 libros de poesía. Su obra ha sido traducida al portugués, búlgaro, inglés, italiano, rumano, japonés, chino, árabe, francés y holandés. Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Paulo Leminski y del escritor portugués Fernando Pessoa. Ha recibido numerosos premios y becas. Corresponsal en Chile de la Revista Archipiélago.
by Claudio Medin | 22 \22\America/Argentina/Buenos_Aires febrero \22\America/Argentina/Buenos_Aires 2019 | Notas, Poesía
“Soy un monstruo de imposibilidades anclado en la realidad” que mejor definición para describir a un poeta con la forma de una galaxia, el portugués Fernando Pessoa, de quién su alter ego Bernardo Soares decía: “su voz era opaca y temblorosa, como la de las criaturas que no esperan nada, porque es perfectamente inútil esperar”.
Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal 1888- 1935) es uno y es ninguno, es plural, contradictorio, enigmático, indefinible y uno de los principales responsables de la renovación del arte luso del Siglo XX. Con apenas 24 años de edad publicó una serie de artículos en los que vaticinaba un nuevo renacer de la cultura portuguesa, encarnado en la figura de un poeta, él mismo, que anunciaba su deseo de modernizarlo todo, un llamado a constituirse en una de las grandes figuras de la poesía europea contemporánea. Una de sus premisas era “sentir todo de todas las maneras” en otras palabras ser uno y el otro, conjugar lo propio y lo ajeno, hacer de la contradicción una bandera y del eclecticismo un arte. Como, por ejemplo, su sentir patriótico, el orgullo de ser portugués y a la vez querer formar parte del mundo entero. En los dos libros que publicó en vida queda plasmada esta dicotomía, un libro de poesía y el otro una guía escrita originalmente en inglés destinada al visitante extranjero, quizás por esas maravillosas razones son miles los turistas que abrazan diariamente la escultura de Pessoa que está frente al café La brasileña de Lisboa, es el icono, en nuestros días, de una ciudad de moda. Pessoa es Lisboa. Desde hace algunos años todo el mundo parece reconocerlo, ha cobrado una dimensión relevante en las letras universales, pero su fama fue póstuma. El Museo Reina Sofía de España le dedica una exposición este año, titulada: Pessoa. Todo arte es una forma de literatura en la que se indagará la relación con las vanguardias de este cronista del cotidiano, seguidor de tradiciones esotéricas, nacionalista y místico portugués “conservador pero al estilo inglés” como él se definía. En sus diarios publicados en castellano en octubre de 2017 por Herminda Editores, insiste en su lenguaje recursivo: “No sé quién soy ni sé cómo es mi alma. Hablo con sinceridad y reconozco con sinceridad que no sé de qué hablo cuando hablo de mí. Soy distinto de esos otros que tampoco sé si existen. Me siento múltiple”. Tanto es así que Pessoa escribía cartas a Ofélia Queirós, su única amada, que firmaba con los nombres de algunos de sus heterónimos, más de un centenar de personalidades y personajes inventados, entre ellos los aclamados poetas Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Antonio Mora, Alvaro de Campos, Bernardo Soares considerados por Pessoa como “otros de él mismo”, personajes autónomos que le han acompañado en el curso de su vida-obra y que vivían fuera de él, una rúbrica, una biografía, una caligrafía, una vida propia, un retrato dibujado de alguno de ellos. Los personajes de Pessoa son escritores con voces y temperamentos distintos, grandes y complejos, fascinantes, que polemizaban y discutían públicamente, que se intercambiaban prólogos amigables y refinados tratándose de usted. El poeta Fernando Pessoa que se ganaba la vida traduciendo cartas y contratos comerciales gracias a su impecable inglés y su dominio del francés, tejió todo un reino de personajes de ficción e introspección, todo esto sin salir de su estimada y periférica Lisboa, adonde regresó a los 17 años tras pasar su infancia en la Sudafricana ciudad de Durban.
“Nada existe, no existe la realidad, sino sensaciones. Las ideas son sensaciones, pero de cosas no situadas en el espacio ni el tiempo” dice Pessoa autor del “Libro del desasosiego”, su obra más importante, es un texto fragmentado, escrito como un diario íntimo de una gran profundidad y es el libro que mejor refleja la complejidad de su mente. Es la obra que más se aproxima del propio Pessoa, es como un autorretrato del autor, una puerta abierta a su cabeza y a su original manera de entender la poesía, el mundo y a sí mismo. Este libro es una de sus más notorias aportaciones intelectuales, obra que grabó definitivamente su nombre en la historia de la literatura cuando fue publicado en los años ochenta, libro del cual se realizarán muchas ediciones, traducciones e interpretaciones en los años venideros, en palabras de la poeta chilena Jessica Atal: “es una reflexión agudísima y escéptica de la condición humana”. En este libro describe, como nadie, el desasosiego del alma, la intranquilidad que sufren los seres más sensibles, los inadaptados. Es realmente muy difícil de clasificar, fue escrito a lo largo de más de veinte años, desde 1912 hasta 1935, y en el momento de la muerte del escritor se hallaba todavía en un estado informe, sin ordenar, sin completar y lleno de pasajes dudosos que no impiden disfrutar la lectura de la voz de un personaje sentimental e hipersensible de la clase media lisboeta de comienzos del Siglo XX. La voz de un hombre lleno de inquietud e intranquilidad que se acerca a una depresión profunda y tranquila, según sus propias palabras. Un inadaptado que, dramáticamente, rechaza la realidad y de esa insatisfacción destila la esencia de su ser, de sus decepciones, de sus proyectos fracasados, de sus utopías irrealizables, de sus penas y angustias de sus múltiples yo. Una escritura de extremada lucidez y de un gusto por el fingimiento y la paradoja.
El poeta, abogado y profesor español Ángel Crespo (1926-1995) realiza traducciones de este libro, que logran transmitir sensaciones, impresiones e imágenes claras de Fernando Pessoa en castellano, comenta a este respecto: “Una importante laguna en el conocimiento de uno de los mayores poetas europeos de nuestro tiempo ha sido colmada con la publicación, en 1982, del Livro do Desassossego de Fernando Pessoa, muy esperado desde que, cuarenta años antes, la editorial Ática inició, bajo la dirección de João Gaspar Simões y Luis de Montalvor, la edición de las obras completas del creador de los heterónimos; y la expectativa aumentó cuando, en 1961, las ediciones portuenses Arte & Cultura dieron a la luz una selección de este mismo libro, muy incompleta por cierto, pero en la que figuraban algunos de sus mejores fragmentos”.
“El poeta es un fingidor. Finge tan completamente. Que llega a fingir que es el dolor, el dolor que en verdad siente”, el caso “Pessoa” explotó a la opinión publica en la década de 1940 en Portugal, 20 años más tarde en toda Europa y poco tiempo después en todo el mundo. Desde entonces no se ha dejado de publicar y traducir todo lo que va saliendo del baúl donde el poeta portugués guardaba gran parte de su obra, facsímiles manuscritos atados con una cuerda y marcados con firmas distintas que sobrepasan cualquier certeza, cualquier interpretación y cualquier punto final: “soy, en gran parte, la prosa que escribo”. El poeta y crítico brasileño Frederico Barbosa declara que fue o enigma em pessoa, con el doble significado de ser el enigma en Pessoa y el enigma en persona. El escritor italiano Antonio Tabucchi, especialista en lengua portuguesa, ha señalado: “de Pessoa podría decirse lo que Walter Benjamin afirmaba de Kafka, que toda su obra representa un código de gestos sin un claro significado, sino más bien son experimentaciones y combinaciones nuevas”. El crítico literario estadounidense Harold Bloom lo consideró en su libro “El canon occidental” el más representativo poeta del Siglo XX, junto al poeta chileno Pablo Neruda. Hasta que un 30 de noviembre del año 1935 todas esas voces callaron al mismo tiempo, muchas experiencias, muchos nombres en el lugar de una persona o cuántas personas caben en la vida de una sola persona, pues además de su rutina de oficina y pensión, de puntualidad y soledad, vivió muchas otras, declarando: “la vida duele cuanto más se disfruta y cuando más se inventa”. Ese día a los 47 años dejaba de existir físicamente y se transformaba en el inmortal Fernando Pessoa, el más universal de los poetas portugueses, que escribió entre Durban y Lisboa “vivir no es necesario, lo que es necesario es crear”.
Notas, reflexiones, comentarios del traductor
La diversidad de las lenguas, lejos de ser un castigo como supone el mito de La Torre de Babel, está presente para que podamos vivir la experiencia de lo extranjero. Es necesario recuperar la felicidad del traductor en el desafío que entraña toda traducción. Una mañana de noviembre de 2017 el director de MAGO Editores, mi buen amigo, Máximo G. Sáez, me propone que escriba, un libro con mis traducciones del poeta portugués Fernando Pessoa, desafío que asumí inmediatamente, a pesar de que el idioma portugués de Brasil es el portugués de mi especialidad. En efecto desde el año 2002 he estado estudiando y conociendo la obra literaria de muchos artistas brasileños, poetas, músicos, intelectuales, arquitectos y he realizado más de 50 viajes a ese país-continente. Aquellos caminantes que frecuentamos Brasil nos descubrimos sorprendidos y maravillados ante el tamaño de los dominios de la lengua activa del portugués brasileño. He traducido al castellano a insignes brasileños, como: Cristiane Grando, Hilda Hilst, Roberto Piva, Alice Ruiz, Luiz Inácio Lula da Silva, Tanussi Cardoso, Jiddu Saldanha, Carlos Gurgel, Herbert Valente de Oliveira, José Castello, Sandra Santos, Ferreira Gullar, Artur Gomes, Claudio Willer, Adriana Zapparoli, Virna Teixeira, Ligia Dabul, Simone Homem de Mello, Vinicius de Moraes, Cazuza, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Fred Maia y Ademir Assunção entre otros. He traducido a más de 100 poetas de todo Brasil y sigo traduciendo, cada semana recibo en Santiago de Chile, libros venidos desde ese hermoso país. He buscado siempre traducir sentido por sentido, no letra por letra, significación al ser pronunciado en castellano un sonido portugués. Significación y sonido, pues si en algo difieren las lenguas es en el recorte fonético que hacen de los sonidos pronunciables por un ser humano. La voluntad de comprender lo distinto, la necesidad de acercarse a la alteridad sin anularla. Comprender es traducir. Tratar de entender lo ajeno. La traducción de Fernando Pessoa, me llevó a la lectura de sus libros publicados en Portugal y Brasil, y a una serie de libros de brillantes traducciones al castellano de este mítico autor, con los que pude comparar el texto de origen con otras traducciones y mis propias versiones. Lo que me permitió realizar una profunda inmersión en la poética y en toda esa trama de personas que en el caso de este autor son el mismo. Una obra basta y compleja de un autor múltiple, leí cuanto libro cayo a mis manos. Reflexionando y tratando de traducir al castellano una obra, que es como el borgeano jardín de senderos que se bifurcan. Fue así que comencé a coleccionar y traducir fragmentos, citas, recortes, frases para el bronce, aforismos, fundamentalmente del LIVRO DO DESASSOSSEGO, una obra de más de 700 páginas. El Libro del desasosiego firmado por Bernardo Soares escrito por Pessoa es un libro pleno de imágenes de este genio portugués, el más importante del Siglo XX y probablemente el más importante y famoso poeta portugués de todos los tiempos. Esta selección de fragmentos pretende en cierta forma sintetizar una obra inmensa, para la que abría que dedicar mucho tiempo para traducir de manera completa, tarea que espero las nuevas generaciones de poetas chilenos realicen. Este libro pretende hacer notar al lector la profundidad de este espíritu humano, estos fragmentos de la personalidad de un solitario creativo y que fue muchos otros. Este libro puede ser leído en orden aleatorio, puedes entrar por cualquiera de sus páginas antes de embarcar en el avión, mientras viajas en el tren, en el Metro, en el bus, en la biblioteca o donde estés. Y preguntarse a sí mismos: “Hice de mi lo que pude y lo que pude hacer de mí no lo hice, vestí un traje equivocado”, ¿Qué quiere decir con esto Pessoa?, ¿Te hacen algún sentido estas palabras?. Me sentiré feliz si al menos consiguen una bella iluminación. Este trabajo fue acompañado creativamente de dibujos, pinturas y diseños de mi autoría que fueron inspirados por Pessoa y no pretenden otra cosa sino estimular el conocimiento y estudio de este autor imprescindible y al mismo tiempo generar nuevas y futuras traducciones, de un autor que sin duda volverá una y otra vez a ser ese monstruo de imposibilidades anclado en la realidad. La obra de Pessoa es arte, y es esta la visión que debe perdurar, la provechosa sensación de estar frente a una legítima expresión de vida y de lenguaje. Eso que antiguamente se llamaba poesía.
Nota: prólogo, arte, fragmentos y notas del libro Fernando Pessoa, el escritor múltiple de Lisboa de Leo Lobos. Publicado por MAGO Editores en Santiago de Chile el año 2018 (http://magoeditores.cl/).
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Colección de fragmentos. (Pequeña selección)
Leer es soñar de la mano de otro
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Reconstruirse
Reconstruirme
Sin ideal y sin esperanza
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En estas impresiones sin nexo, ni deseo de nexo, narro indiferentemente mi biografía sin actos
sin historia
sin vida
son mis confesiones
y si en ellas nada digo
es que nada tengo que decir
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Si el corazón pudiese pensar se detendría
*
Soy un monstruo de imposibilidades anclado en la realidad
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Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por las mismas razones que los mayores habían tenido para creer en él
*
Nada lo aproximó nunca a ningún amigo
fue el único que de alguna manera estuvo
en su intimidad
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Se dan las circunstancias ocasionales en su vida que han sido talladas a imagen y semejanza de la dirección de sus instintos
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Las pompas de jabón que el niño se entretiene en soltar al aire son traslúcidamente toda la filosofía
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Trabajo bastante. Cumplo con lo que los moralistas de la acción llamarían mi deber social. Cumplo con ese deber, o con ese destino, sin excesivo esfuerzo ni notable ánimo. Pero, unas veces en pleno trabajo, otras en pleno descanso, ese descanso que, según los mismos moralistas, merezco y que me debe ser grato, me desborda el alma un resentimiento de inercia, y estoy cansado, no del trabajo o del reposo, sino de mí
*
Nada lo obligará nunca a hacer nada
de niño será un solitario
no pertenecerá nunca a ningún grupo
no pertenecerá nunca a una multitud
*
La mañana del campo existe
La mañana de la ciudad promete
La una hace vivir
La otra hace pensar
Y yo sentiré siempre
que más vale pensar que vivir
Leonardo Lobos Lagos nació en Santiago de Chile en 1966. Ha publicado 15 libros de poesía. Su obra ha sido traducida al portugués, búlgaro, inglés, italiano, rumano, japonés, chino, árabe, francés y holandés. Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Paulo Leminski y del escritor portugués Fernando Pessoa. En 2003 recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación de Chile, y en 2008, la beca de creación para escritores profesionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Recibe el año 2018 un homenaje en la Universidad San Marcos de Lima en el marco de Festival Primavera Poética de Lima, por su aporte a la literatura latinoamericana y el Premio Mayor Yolanda Hurtado por sus méritos y aportes culturales en la ciudad de Santiago. Corresponsal en Chile de la Revista Archipiélago.