Un recorrido por la obra de Marcela Rosales (1970), una de las voces más singulares de la actual poesía de Córdoba.
DIESIS (Alción, 2017)
Side by side
Guárdese cada uno de su compañero
Jeremías 8, 4.
Tomo el bus hacia el final del camino
abrazados al sueño del norte del norte
con ojos rasgados o redondos
reponemos el stock de cuerpos
y basura en los bordes de las aceras
salimos de la selva de la selva
el bus sube abriendo una herida parda
amontonamos cielo ahora
y bajamos los párpados
los montículos de carne vencida
siguen ahí, golpeando detrás de la córnea
aguas marrones las pieles todas
bajo el garrote divino
en los costados del camino se acumulan
las hojas del otoño y los imposibles
cuán dulces son tus ideales, hermano mío
como higos de la canasta buena
mi compañero de asiento lleva pasamontaña
amartilla el rifle y baja del bus
no llega a usarlo
lo trituran como a jugosa breva
a mí que no lo he acompañado también
side by side, de nada sirve.
Jehová ya anunció que no nos escuchará
dice que está cansado de arrepentirse
el bus acelera dando tumbos
tropezamos de a miles en montes de oscuridad.
Él, dice que está cansado.
Cintéotl (dios/diosa del maíz)
Abrazado sin brazo
con el cuerpo colgando hacia el abismo
conduce un deus ex machina
que abusa, viola, engendra y puebla
un desierto de plástico y lámina.
Refulge a su paso el sol a diestra,
y siniestra la negra gola del coyote
engulle un mediodía de asfixia.
De un solo tajo el tren
degüella a México.
En un extremo el mar
en el otro un sueño
en el medio el hambre
de los cuerpos.
Para los que sobreviven
en Cartolandia, Doña Guadalupe
sazona elotes frescos.
Para el miedo y la vigilia
de los que desesperan dentro
en Washington, Mrs. Hillary
promete cartones secos
(¿le creeremos?)
En otros, de tapas duras,
una tercera mujer acusa a la “izquierda”
de arruinar a “América”
(¿con sal, chile y limón?)
-No siempre quien cocina
entiende del deseo-
–Habrá que levantar un muro más alto,
escribe ella.
-Una barrera entre el suelo y el cielo,
pienso.
Porque al cielo invocan
(no a la Iglesia)
los cuerpos panza arriba fundidos
a la Bestia
para cruzar la frontera
–Solo, yo, y dios conmigo,
musita para sí, y no se suelta,
el sin brazo
el sin tierra
el sin muro.
La fe, la de los cuerpos
-la única posible, me digo,
es un incendio sin humo crepitando en la noche
un precipicio sin bordes
un riel de espaldas imantado a la nada
una quemazón sabrosa desgranándose en la boca
una locomotora arrastrada
por el Vagón de Carga==========//
Estación futuro
aunque almuercen semillitas…
DLSO
Bajo las alcantarillas de la ciudad
donde se precipita el lodo
muchachos andrajosos improvisan
pasadizos secretos, imaginarios puentes
para muchachas pecosas
espigadas de centeno y amapola.
En las noches sin luna, negro
mediodía de los miserables
febriles hacedores de paraísos
demuelen las catedrales del hambre
(la cloaca es una equivocación)
en el trigo, vayamos niñas a comer cerezas.
Bajo la calle ajena de la tristeza propia
se los oye reír y nace el canto.
Rescoldo marrón en honda celda,
fuegos pálidos, sombras que nadie sueña.
Yuyos del centro
sólo las grietas de la calle
dibujan vida en la tarde
Cielo Razzo
Inmunes a toda primavera
acomodamos el gesto
a la fugacidad del encuentro.
Él vende palabras en la calle
(yo también)
-Llevala, por favor, es la última,
me pide.
Quiere irse de aquí
(lo sé bien, porque es mi frase favorita
desde que llegué)
“FE Y FUTURO”, leo en la tapa
y rebusco en los bolsillos
no tengo, pienso, dinero sí.
Se lo entrego. Igual no sirve.
Los dos sabemos que las grietas
no dan revancha
apenas una oblicua superficie
propiciatoria de malezas ralas.
Y aun así…
Octubre
no tienes alternativa
si quieres enceguecer
también al viento
Giorgio Caproni
Niega octubre
las plantas agrietadas tomando por asalto
la ciudad, las plazas.
El alud invertido rebalsando los drenajes
la náusea y el hambre.
Niega el hambre
su roja floración, su enceguecida sed
de muchedumbre.
Toman café en los bares los que niegan
la vibración marrón en el pocillo
el derrame inminente sobre sus pulcros zapatos.
Niega el odio
tras el vidrio tras la reja tras el muro tras la lente
tras la mira tras el ojo
y ciérralo, ciérrate para siempre a su evidencia
porque no entenderás su herida sin la tuya.
Niega el miedo
a la piel a su ausencia a la intemperie
a decir a aguardar ser fulminado
por su roce temprano
-de ese miedo sí sabes
no hables de otro-
Niega el rayo
y húndete hasta el embrutecimiento
si es que no quieres ver
tu única revolución triunfante.
Octubre ya ha ocurrido.
In a silent way
Tributo a Aimé Césaire
y Rigoberta Menchú
Una mujer grita.
Contra el mar escollera
quiebra un solo
de Miles Davis.
Su cuerpo fulminado
en el grito.
Cuerpo imposible
de tigre americano
cuerpo serpiente
cuerpo quetzal
cuerpo milagroso
cuerpo piojera de sueños
cuerpo último madero flotante
cuerpo suicida
cuerpo ciénaga y azúcar
cuerpo despreciado
cuerpo indígena
cuerpo guijarro
cuerpo fulgurante
estaño de la trompeta
de Miles atronando
in a silent way
injusto fuego
injusto miedo
ojo fascinador
ojo tuyo
cuerpo mío
de un modo silencioso
de un mudo modo
in a silent way
ay, cuerpo mío.
CIUDAD DE HUECOS (Alción, 2011)
Sunday Morning
Aprendimos a enterrar
nuestro cuerpo en el jardín
con gentil mortalidad.
Roly Rosales
I
Las calles desiertas. El sol quema la puerta
de la Iglesia sin cura. El pueblo es un escarabajo
ebrio en los cálices blancos de los arbustos en celo.
Detrás la casa aúlla (yo aún no sé decirlo).
Jugamos en silencio, tensos.
II
Game over, anochece en la ciudad. Volvemos
por las calles del centro atiborrados de cine y bares.
El bramido del tráfico redime del diálogo. Arriba en
los patios-pajarera de los edificios, la ropa nunca se seca.
Ya sé decirlo: el olor de las magnolias es revulsivo.
III
Es de noche. La podredumbre del día se acumula en las aceras.
Falta el aire. En los ojos desvelados de dos niños
cabe todo el infierno. Detrás del vidrio
miro a mi hermano despedirse de su padre de domingo.
No hay santuario. No se los digo.
Summer
Es 13 de mayo y cumplo 16. Las cuatro
desconocidas opinan que debo festejar.
Nos disfrazamos de nuestras madres
con vestidos de verano años 70’, collares
estridentes y el pelo batido. Temblando
de frío nos abrazamos para la foto en
los escalones de Villa Huecos como divas
de Hollywood descendiendo del avión.
Abajo la multitud enardecida vocifera,
aplaude, aturde. No festeja nada,
básicamente quiere comida. La consigue
apedreando el súper de la esquina.
Yo abro la boca roja de payasa
bien grande y compongo El Grito
entre las manos. Básicamente
quiero dejar de respirar. Lo consigo.
(Como al país, me sobrevive la mueca)
Autómata
Hay trenes que se empacan en maletas
aviones que se guardan en sombreros,
barcos que se doblan en pañuelos
y carrozas que se calzan con los guantes.
Las estaciones, en cambio, no caben,
no caben.
(Se extienden por el mundo como rieles
y nos dejan varados)
Hospital
Me quemaré en tu sol, Concepción.
Hugo Rosales
Rías negras
rías de la vida
rojas rías.
El pico nevado
en lo alto miasmas
flotando en lo bajo.
Cuerpos dolientes-padres ausentes
sombras helándose al sol.
La mujer in
/
grávida
el hijo no
/
nato
el padre no
/
muerto.
El hijo anudado a la madre
la madre anudada al padre
el padre anudado al cable
el cable anudado al viento
el viento anudado al hueco
de mis venas abiertas:
gota-goteo remedio
rojas rías
gota-goteo alimento
rías de la vida
gota-goteo excremento
negras rías.
Hijos silentes-tumbas pacientes
sombras helándose al sol.
Marcela Rosales (Córdoba, 1970), Lic. en Filosofía, Doctora en Ciencia Política. Docente e Investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba. Escritora, Integrante del Consejo de Redacción de la Revista Palabras de Poeta. Integrante y fundadora del Grupo de Poesía y Narrativa “Todos los Nombres”. Como poeta publicó Versos como Naves (EDUCC, 2005), Con tu pie desnudo (Alción, 2008), Ciudad de huecos (Alción, 2011), Los Miserables (Otros), Todos los Nombres (Alción, 2013), Incendiados (Alción, 2015) y Diesis (Alción, 2017). Fue incluida en diversas antologías, entre la que destaca Antología Federal de Poesía Argentina, Región Centro (CFI, 2018) compilada por Samuel Bossini.