Llevo el cuerpo

Llevo el cuerpo

A continuación compartimos una selección de poemas de la poeta Evelin Bochle.

 

Llevo el cuerpo

lo levanto

le abro los ojos

le pongo entre los dientes un bocado de algo

 

Me lo cargo encima

 

Lo enjuago

lo visto

le pongo rubor           

perfume         

un broche en el cabello         

cepillo su sonrisa 

                 delineo sus ojos

 

Me lo pongo

 

A veces                   

las vísceras pesan

los órganos espumosos se inflaman y duelen

los fluidos se espesan           

se detienen

 

Pobre bodoque inerte

se pone tenso         

difícil de dirigir

 

Pero el tiempo cae sobre el mundo como un cuchillo oxidado 

 

Gargantas lejanas me llaman

Siempre alguno me reclama el cuerpo

 

Acudo

me lo llevo a cuestas              

como un vestido caliente

 

Así lo llevo

lo traslado

lo arrastro

 

A todas partes lo llevo

a veces

yo también voy

 

Salen de a montones desde las bocas de sus casas

en apariencia completos

caminan             como si estuvieran enteros

 

Llevan sobre la espalda 

el fastidio de disfrazarse cada día de ellos mismos

 

Se colocan las manos

se calzan los pies

De frente al espejo se anudan el cogote

se tienden sobre los hombros la piel tibia rescatada de entre las sábanas

Se abotonan la pelvis

Bien acomodada la cabeza antes de salir

se peinan con gel el cráneo devastado

 

Marchan

muñecos articulados

insinúan la sonrisa blanca 

en los lentes                 los ojos

 

Algunas veces dan lástima

otras 

causan miedo sus miradas vacías 

 

Cruzan las calles

hacen señas a algún remisero

beben un agua fría a la media mañana                                                                    

o un café caliente

 

Regresan           al fin 

más tristes y más tontos

 

Se descalzan los pasos del día

se desatan el cogote 

se quitan la sonrisa         dejan los lentes sobre la mesa          o sobre el escritorio

Se despojan de la piel cansada      

se quitan la cabeza                  el cráneo despeinado

Desabotonan sus ganas

 

Entonces

             tal vez serán ellos mismos

quién sabe

 

Alguien te dijo que sos mujer

hija 

madre 

vientre

 

Incompleta sin varón a tu lado

tetitas tristes

vértice cerrado para él

Cintura quebrada bajo su piel

 

Alguien te contó

del milagro 

de los hijos rosados devorando tu carne desde adentro

matriz

ombligo manso

 

Grandioso el día en que dudaste

muda para no repetir

ciega para verte

sorda

 

Rompiste el molde 

quebraste la forma perfecta

pariste una mujer cualquiera

 

Hembra brava 

hecatombe original 

 

Desastre natural entre tus piernas 

en tu pecho 

en tu vena misma 

en el iris poderoso de tu mirada

 

Cuando una no sabe qué hacer con el dolor              

lo coloca 

como al descuido

sobre la mesada de la cocina

 

Tan al filo del filo del cuchillo

que podría confundirse con una cebolla más

con el tronco de cualquier zanahoria

o con la hoja misma

reluciente

fina 

 

Cuando una no sabe qué hacer con el dolor

se lo mete en la cartera

se lo incrusta en el diente

o en la línea negra del rímel que rodea el ojo

A veces

se lo cuelga de las orejas

se lo pinta en las uñas          

se lo ata        con algún colgante

 

De tiempo en tiempo

se lo instala

en el puño cerrado

                    en la boca abierta

en el latido del corazón 

 

Cuando una no sabe qué hacer con el dolor

se lo acomoda a presión en el nudo duro que se forma en la boca del estómago

 

Se lo mete en la cabeza

se lo ciñe a la cintura

entallado         en la piel 

 

Se lo sitúa en el talón 

justo ahí       donde termina el deseo y comienza el zapato

 

Cuando una no sabe qué más podría hacer con el dolor

le ajusta los márgenes 

lo revisa

le pone nombre

lo posa casi desnudo

sobre la mirada 

de los otros

 

No es que no quiera a los varones

ocurre

en cambio

que los amo demasiado

 

Me enamoro todo el tiempo de ellos

miro sus dientes

sus barbas 

 

Examino los cuellos de sus suéteres

las rayas de sus camisas

las botamangas de sus pantalones

sus zapatos acordonados

sus cremalleras abultadas

el pliegue que insinúa esa magia que los despierta

 

Adoro sus miradas de fuego

su insinuación constante

me encanta verlos caminar despreocupados 

 

Sin ruido andan

pegajosos como el viento norte 

fuertes pero inofensivos

hermosos animales sedientos

 

          Sin embargo

me matarían bajo la presión de sus pechos

socavarían las entrañas

harían saltar de mi cuerpo a los hijos encerrados

hallarían en los pezones la leche y la vida

 

Me matarían

de seguro

como suelo matar yo

                     eventualmente 

  a algunas mujeres

 

Evelin Bochle nació en Empedrado, provincia de Corrientes, en 1979. Es profesora de Lengua y Literatura de Nivel Superior y Licenciada en Letras. Como escritora participa en eventos culturales de la zona con la lectura de sus textos y de otros escritores, presentaciones de libros y charlas. Sus textos forman parte de diferentes antologías literarias. Publicó los poemarios “Como un Vestido Caliente” en 2018, Editorial Semánticas. “Calzado para Dama” en 2019, Editorial Deacá. Desde Adentro en 2022, Editorial Moglia Ediciones. “El 00,01%” en 2023, Editorial Moglia Ediciones. Coordina el taller de escritura Koeyú, del Centro Cultural Universitario en la Extensión Universitaria en Corrientes Capital. Actualmente dirige la colección de poesía Como el Agua, producida por Moglia Ediciones.

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Descripción del Autor

Excéntrica