Presentamos una muestra de la poesía de Pepe Núñez, recientemente publicada bajo el título Poesía sin música por Ferullo Burke y Alba ediciones, con selección y compilación a cargo de Mario Melnik, Alba López y Guillermo Siles.
Prólogo
Por Mario Melnik
Fue en sus años de juventud cuando Pepe conoció a dos artistas a quienes él nombraba entre sus grandes referentes: Jaime Dávalos y Manuel J. Castilla. Contaba Pepe que allí, en esos bares de Salta que ambos frecuentaban, estuvo su escuela de la música y la vida. Escuchar dialogar a esos dos tipos era para él andar de asombro en asombro. Su escucha que era de las más lúcidas y atentas supo percibir de lleno esas esencias que tan bien le vendrían en la búsqueda de un camino artístico propio. Elocuencia del decir y el hacer, en la que Pepe no les vino en zaga.
Con el tiempo Pepe decidiría que el suyo era el arte del músico y del letrista. El letrista como aquél cuyo oficio es complementar el decir de la palabra con la forma musical para lograr una integración en armonía. Un arte en sí mismo que él diferenciaba del hacer poético donde la palabra adecua su ritmo, su fraseo, su sentido a sus propias leyes. Así elaboró una obra coherente e innovadora que fraguó en el sentir de la gente y marcó a muchos artistas.
A lo largo de los años y en forma casi paralela al hacer musical, Pepe tenía también la hermosa costumbre de escribir poemas y aforismos, un hecho conocido por pocos. Esta producción era ofrendada a los amigos del alma, a su compromiso con voces acalladas, y -mucha- al amor por los suyos. Sin duda no podía escaparle a Pepe este afán, mucho más cuando ya enseñoreaba, y en mayúscula, la letra de sus canciones, acompañando su caudal innovador. No podía dejar de buscar una hendija para dar curso a esta inquietud que también era parte de su desvelo.
Quienes han rumbeado por el latir de su arte “de salud numeroso”, encontrarán en esta selección de poemas y aforismos a un Pepe más íntimo, más libre, persiguiendo y arrinconando a las palabras siempre, apretándolas “hasta dolerlas contra el papel”. Interrogando al corazón para dar con el giro inesperado, la chanza, la humanidad a cuestas, el testimonio de los días en tierra firme y en el abismo. El decir en fin que lleva su sello, su inspiración.
Selección de poemas de Poesía sin música, de Pepe Núñez
26 de agosto de 1962
A mi madre en su muerte
Gabriela del Carmen Arias
vieja pastora de sueños,
camina y camina tu sangre,
tu sangre color mirada,
cántame tu copla ahora
y que te sientan mis ojos,
Gabriela del Carmen Arias…
Esta vez fueron tus labios
a los que el viejo viento de otoño
quebró lento;
esta vez, sencilla,
como el perfil de tu plegaria,
caminó implacable el aroma
de tu luz, de tu calma.
Tu alma se ha vuelto ahora
martes, enero,
o cosas que ya pasaron
y ahora tus manos trabajan,
se hacen esquina,
o rosa o puerta
donde uno llama;
caliente tu perfume anda nombrando
flores que ya no vemos
y se hace fiesta el silencio
en tu boca callada.
El viejo viento de otoño
lleno de oro vencido
deja en las manos tu peso
y la espalda de tu risa;
tu senda inaugura la imagen
de una mañana vacía
una calle sin nombre
una mirada perdida.
…Gabriela del Carmen Arias
vieja pastora de sueños
camina y camina tu sangre
tu sangre color mirada…
Tus ojos que ahora miran
sendas nuevas, calladas
cavan aquí en el pecho
y nos dicen: nada…
y nos dicen: nada…
La noche que siempre crece
enredada en tus cabellos
clava su frío en los labios,
muerde implacable el momento;
y hay un rezo solitario
y una misa sin dueña
un clavel que no perfuma
y tu voz que ya no suena.
Mis manos –loca faena–
quieren mojar tu camino
llenar de risas y alfombras
tu silencio y tú: no vuelvo;
y están como ellos, lejos,
ciegas y amanecidas,
golpean en puertas sin dueño
sin tu lumbre se lastiman.
…Gabriela del Carmen Arias
cántame tu copla ahora
y que te sientan mis ojos
Gabriela del Carmen Arias…
Te partió el pecho el otoño
y tu recuerdo crece
ha reventado el llanto
…y el duraznero florece…
Ya no me suenan tus pasos
y tu luz brilla escondida,
tu ventana ya no te encuentra
…y el durazno florece…
Has encontrado de pronto,
en un camino secreto,
una lluvia de silencio.
Que no te lloren con lágrimas
ni con flores marchitadas:
el río de tu amor no duerme
…y el duraznero florece.
…Gabriela del Carmen Arias
vieja pastora de sueños
camina y camina tu sangre,
tu sangre color mirada,
cántame tu copla ahora
y que te sientan mis ojos.
Gabriela del Carmen Arias
tú me amabas…
tú me amabas…
Entrega
Allí,
en el punto más visible y más exacto de tus ojos
dejo la paciencia de mis manos
y la impaciencia de mi sangre.
Ya no más estar conmigo,
ahora elijo el camino de tu pecho,
el de tu pan
que duele tanto,
el de tu vino,
el de tu beso liberado de la pena
y el camino que me lleva
a tu misma vereda cancionera.
Si tu nombre
es el que sé nombrar,
si de tus manos puedo beber,
tómame,
arráncame de este pequeño sitio
que ocupo en la tierra,
pero arráncame de raíz
y entiérrame en tus venas,
en tus besos
y devuélveme mañana
en una mesa de amigos
hecho canción y sonriendo.
Justamente desde aquí,
desde este pequeño pedazo
que ocupo en la tierra,
espero la tierra de tu sangre,
hermano.
Pepe / 16-12-65
La fundición de acero
El acero, de pronto, es mi amigo
y el fuego no me quema
y el martillo es mi niño
…y mi pueblo lo sabe
y estamos aquí, en este comienzo
…y mi pueblo lo sabe.
Antes, cuando el acero era frío,
cuando los ojos eran color acero,
cuando aceraba mi alma
el frio del invierno
entonces yo, que soy pueblo,
no lo nombraba,
pero ahora sí, porque soy pueblo
porque mi voz -hija de su temple-
que es de pueblo, sabe de todo eso
y sabe más:
dice acero por decir trabajo
y dice cuchillo
porque ahora sí mi pueblo está en juego
y el acero es pan
y por él tengo un amigo
que a la mañana me saluda en la calle
y por el tengo un oficio
y por él…y por él… por él…
interminablemente él.
Para nombrar al acero-pueblo
voy a quemar mis manos y mis ojos
hasta el tiempo lejos del acero-acero
y templado y rojo con mi sangre por bandera
tiraré mi voz -que es de pueblo-
como una semilla enorme y esperada.
Pepe / 30-5-67
Para ser padre
tuve que decir ¡Te quiero!
tuve que saber primero
que podía ser bueno
y tuve que convencerme
que iba a repartir mi sangre.
En el espejo soy padre
y mis manos son de padre
y en padre nomas me veo.
Por haber dicho ¡Te quiero!
por haber aprendido
a ser furtivo
(de esto quien es madre
lo sabe),
por haber puesto a capricho
la bandera de mis besos
en el más alto lugar del tiempo
hoy me veo de padre
y a mi sangre
repetida veo.
Por ser padre, ¡qué hice!
si tan sólo fui elegido.
Pepe 18-6-67
(Recién iniciado el día)
Tiempo del miedo
Mi amor,
cómo empieza el miedo?
mi amor, lo pienso,
cómo empieza el miedo?
mi amor, temo mis costados;
qué pasa si el horizonte
–siempre irrefutable–
se tambalea?
mi amor;
y el dolor de los huesos?
y la implacable circunstancia,
la reconocida “cosa”
que manejamos como pañal…
Mi amor,
y el aplomo?
y todo lo dado?
por lo que costaron,
por el tiempo entregado con alma;
mi amor
y el diálogo?
aunque mal hecho, nuestro diálogo
y la mano corazón?
puestas no a la macana
y la sangre derramada?
justamente en la sangre
por el hecho viejo, mi amor
de no tenerle miedo al miedo,
qué pasa mi amor
cuando se piensa en él?
Hoy querida mía
a pesar de todo
paso al frente
a brindar con tus ojos
mucho más allá del miedo y el tiempo gris.
Además, mi muchacha
nuestro gran beso inicial
nos espera para que sean cuatro
las copas que llenamos.
…aprendamos mi amor
con tu piel y la mía
a reponer los mendrugos
que el miedo se lleva.
Pepe / 24-11-73
Qué triste ha de ser
Qué triste ha de ser,
carpintero,
el de la fragua o tornero,
dejar la ropa en la noche
sin el olor a pan
o a taller recién barrido,
qué triste ha de ser morirse, digo,
…mejor que no piense y siga.
Qué triste ha de ser,
minero,
vendimiador o carrero,
llenar de esperanza el aire
para que cuaje al fin
y quedarse sin silbido
como sin sombra y sin nadie, digo
…mejor que no piense y siga.
Qué trsite ha de ser,
zafrero,
domador o carbonero,
que se hagan blandos los puños
y no poder golpear
donde el hambre se hace duro,
quedarse medio amagando, digo
…mejor que no piense y siga.
Pero mejor pienso y sigo
duro de voz y de pecho.
La muerte por el momento
tendrá que tener paciencia.
Pepe / 6-5-75
Inclaudicables
No es restallante
el capullo que le traigo
mas, recíbalo confiada
que es así la primavera.
…los rebrotes
de la vida
siempre fueron
ida y vuelta
nuestros…
Pepe / 5-2-88
El cobijo
Salud mi bella
salud señora
por nuestros años buenos
por nuestros años rotos,
por su buena laya
que de usted se trata.
Mi copa clara
mi copa turbia
el abrevante niño
que aún cree en su bata.
Le tiro el silencio
se mis bravucadas
y el pan de mis sueños
se cuece en sus faldas.
…regazo tremendo
color de su casa.
Pepe / 24-12-89
El silencio
Hijo que golpean
ve a ver
no madre no es nadie
hijo que yo oí
madre que estamos solos
tan sólo tú y yo
hijo que insisten
debes oír
madre no te descuides
pon tus oídos
escucha tus contracciones
que son por mí.
Pepe / 7-1-90
Lo que somos (Baguala)
Si hay que gritar, grito
tengo pulmones, tengo jeta
a veces grita el silencio
y se maltraen mis orejas
así se da
la libertad.
Yuyo hay ser quien crece
cuando ser pasto no puede
lo abarca siempre el rocío:
ángel guardián que conmueve
la luz y el sol
que sabios son.
Si hay que dejar, dejo
pues si no tengo no llevo
el lazo de los olvidos
no se ha trenzado pa´mi cuello
cuando uno está
no está de más.
Pepe / 11-96
Se acabó la fiesta
…no me gusta mirar
la espalda de la gente
cuando se va luego del espectáculo.
Sólo porque no me gusta.
El señor del espectáculo dijo:
“señores se acabó la fiesta”.
Siempre pensé que una fiesta
es de todos
que todos somos dueños de la fiesta;
que hay un eje misterioso
que nos hace girar en derredor
y no que hay alguien que dice giren
alrededor.
Puse mi risa en mi hombro
al rocío en mi boca puse
en mis brazos puse mi historia
a mi sombra le instalé volumen
a mis manos un yeso eterno
y ya con todo el desamor de mi vida
le puse un putamadre a mi nacimiento.
Pepe / 8-7-98
Pepe Núñez, nombre artístico de José Antonio Núñez (1938-1999). Poeta y músico de la Provincia de Tucumán (aunque nacido en Salta), autor de clásicos como la “Chacarera del 55”, “El manco Arana”, “Agüita demorada”, por nombrar sólo tres.
Como solista grabó “La Piel del Pueblo”, y luego formó con su hermano Gerardo el memorable dúo Los Hermanos Núñez, con el que grabó “A Cantar Corazón” en 1987 y “Del mismo vientre”, luego de la muerte de Pepe. Su familia editó en su homenaje un disco póstumo, “Pepe Núñez”, con obras inéditas. Compuso con Ariel Petrocelli, Juan Falú, Lucho Hoyos, Alfredo Grillo, Lalo Aibar, Víctor Gentilini, Miguelito Ruiz y Rolando Valladares, y sus canciones fueron grabadas por Mercedes Sosa, el Dúo Salteño, Los Arroyeños, Alfredo Zitarrosa, Juan Falú, Amparo Ochoa, Coqui Sosa, Liliana Herrero, entre otros.
Mario Melnik (S. M. de Tucumán, 1958). Profesor de inglés, traductor y bibliotecario. Participó de las antologías de poesía Espacios y espejos (JOETUC, Tucumán, 1987) y Amanecer de esquinas (Grupo Literario Polymnia, Tucumán, 1988). Es autor de Palabrara (1999), De sentido en sentido (Colección Nuevo Hacer, Grupo Editor Latinoamericano, 2008) y Un latido en la voz del viento (Alción, 2014).