Poemas de Ángel J. Martínez Haza, poeta cubano radicado en Argentina. En 2017, Estancia recobrada obtuvo el Primer Premio en el Concurso Provincial de Literatura, organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta.
Guión
Salgo a la terraza umbría
cuando el poblado gira lentamente
y se va achicando en una esquina de la pantalla.
Muchas telas se alzan al viento y caen,
se alzan y caen.
Cansado de llevar figuraciones
pido un marco insostenible,
otra escalera.
La memoria nos adormece
con su obstinada banda sonora.
¿Me ves, me escuchas
cuando voy a la terraza a contemplar
nuestro reflejo en el borde del ocaso?
Los trapos se levantan al viento,
luego caen.
Latidos de un río, habitaciones.
Y ahora ¿quésigue?
Un animal traslúcido,
erguido entre los cables,
anuncia el final
sin perder la isla de su hechura:
campanario vacío
y dos notas vacilantes
que se apagan con la primera estrella.
Vísperas
Buscábamos entonces algún artificio,
el viento desmedido y blanco
calmó nuestra sed de irrealidad.
En la calle nos quedamos sin faroles,
como podía suceder los jueves
y asistimos, ingenuos,
a la conjunción de todos los actos
en la última estación.
No recuerdo qué ingenié
para demorar el regreso.
Si dije algo quedó prendido
en la madeja nocturna
y la humedad.
Ya no es joven el secreto,
muchas olas desfallecieron
a nuestros pies.
La plenitud se nos ofrece sin rumbos
como una pálida selva de umbrales vencidos.
Testimonio onírico
Una calle antigua,
sólo para caminantes que elijan la piedra gastada y el musgo,
atraviesa la zona más extraña de la ciudad
junto a carcomidos y amables edificios.
En esta casa lóbrega junto a la rivera
estuve antes, mucho antes,
con el agua creciendo en su patio hundido.
Esunacalle cuesta arriba
con portones llamando a estancias posibles.
Allá encuentro la muchedumbre:
nadie me espera,
miran al cielo con asombro infinito.
Yo no miro, no me detengo,
debo seguir la calle
antes que desaparezca entre las brumas.
Velas
Corro entre las bocas de metal.
Junto al círculo pobre
la flama de naranjas continúa.
Despertar enmascarado
alumbrando los rincones del abismo.
Pino, lluvia, salitre.
El delicado temblor de los eventos
cuando se integran en la ronda,
cuando se hacen humo con el humo.
Samsara
¿Qué puede cambiar lo riguroso
cuando tu reflejo deslucido
y el goteo arrítmico de la memoria
dan paso al andar en calma
por la segunda faz del mediodía?
Todo lo que se aleja
conforma nuestro cuerpo.
¿Alguna vez me pensaste,
quizás en un descuido de esa realidad
que nos desprendió las emociones
en la única edad para ser libres?
Alguna vez, entre los pequeñísimos
momentos de claridad
que cada tanto y tanto
se incorporan al destino.
Clusters
Vagamos junto a una gran extensión.
Un buen día
miras sobre tu hombro
y no te agrada
ser el que pareces.
A veces queda demasiado abandono
entre dos sueños
contando, sin embargo, la misma vida.
Aprende a usar la sangre,
sus arreglos.
Permanece en la ventana
o cubre sus ojos con trapos
untados en llovizna y azafrán.
Está oscuro hacia adentro.
Vanos conjuros
Escuchaste una frase desnuda,
radiante, casi en nuestro idioma.
Es fácil adivinar un tibio escondrijo
al amparo de esa voz.
Curiosa,
vuelves a deducir el espacio,
las reacciones.
Hay una lámina de agua
que no sabes traspasar.
Vanos conjuros:
tu imagen llega difusa
al otro lado de la lluvia.
Después
algunos dicen
todo fue muy bien
cómo no
muéstranos tu violín
lentos se despiden
como espectros al amanecer
hay un segundo de viento sobre las cabezas
casi un alivio
esquinas del sonido que persisten
después
cuando nadie recuerda
y volvemos solos entre los charcos
cuando todo acaba en un gesto difuso
aparecen las heladas criaturas y comienzan a reír.
De paso
Sobre el muro se sientan
a mirar constelaciones,
en el salitre, en la piedra
de vencer marejadas.
Abrazados
anuncian la gloria
que sucede en otro sol
y otros designios.
Pero nunca sobre el muro
confesaron los escombros,
tampoco ahora en el suelo espejado
donde se acomodan
mirando a un horizonte seco
y sin navíos para soñar con el levante.
Regazo.
Fuimos añadidos
a la perfecta conjunción de suavidades
y penumbras,
porque tienes esa rara habilidad
de ennoblecer el polvo
y a veces también el infinito.
Caemos en la superficie
donde tantas historias se deshacen,
donde alcanzamos tu suerte,
apacible rincón de casa,
como entrando definitivamente
a un país de alegres olvidos.
Ángel J. Martínez Haza nació en Matanzas, Cuba en 1979. Escritor y músico. Licenciado en el Instituto Superior de Artes, Universidad de las Artes de la Habana. Recibió el Premio de Poesía de la provincia de Salta en 2017 y el Primer Premio de Poesía El Zorzal, Buenos Aires 2011. Fue galardonado en los certámenes literarios Bonifacio Byrne 1986 y Heptagrama 2011. Ha publicado Diálogos del encantador (Vigía 2006), La forma de un sueño (Matanzas, 2008), Reino y travesía (5 sentidos NOA 2013) y Estancia recobrada (Fondo Editorial 2018). Muchos de sus escritos aparecieron en revistas culturales como Vigía, Matanzas y Punto cultural, así como en antologías poéticas de Argentina, Cuba y España. Desde el año 2008 reside en Salta, donde realiza una labor activa como concertista.