Una selección de poemas del poeta, editor y periodista cubano Alex Fleites.
noche que vela los espejos
para reina maría despierta en ánimas
noche cerrada como un puño
que nada contiene
ni una tos ni una risa
ni el gorjeo de un niño
noche por donde no circulan autos
ni nadie canta como si peleara
en medio de la calle
ni una radio ha quedado encendida
derramando noticias
que no importan
pues no hablan
de ninguno de nosotros
ni de nuestros enemigos
ni siquiera de los seres que amábamos
noche como rosa nonata
que ni perfuma ni estalla en color
noche que vela los espejos
noche que devora
las minúsculas plantas de la sala
los cuadros donde se asomaron
espantados los amigos
noche que sabe que vigilo
que salgo al balcón
como quien mira
a través del retrato de la hija
noche previa a la noche de la noche
disuélvete en mi pecho
y no permitas que ponga un pie
más allá de la marca sangrienta
donde ya no hacen falta los misterios
*
⟨⟩
⟨adentro era un domingo
sin palabras
había poca luz
el salmón que escapó
de casi todo
vino a encallar
en nuestra mesa
brad mehldau
amenizaba
la carrera de hormigas
pésima elección
las locas se ponían
a marcar el ritmo
afuera el mundo
era un acuario
la gente respiraba
la brisa incendiaria
quería decirnos algo
pero se marchaba
nadando el resplandor
tu jugabas a ordenar
rostros vencidos
hechos al arte de la espera
yo me daba palmadas
en la frente
por un verso feliz
que a otro se le había
antes revelado
después de comer
tradujimos
de dylan el “desaire”
estábamos podridos de amar
lo incomprensible
aquí se podía besar sin previo aviso
aquí se podía ejercer la desnudez
y ungirla con vino rojo
y briznas de tierra lloviznada
al cerrarse el símbolo
quedaron limitados los espacios
no me habría importado
permanecer del otro lado
si hubiera podido impedir
una vez más
la disolución de tu sombra
de espaldas
alejándose⟩
*
discurso del hombre como un gato
este es el comienzo de la cuarta vida
en pocos metros cuadrados
acomodo lo que queda
de mi mundo
afortunadamente tan poco
que nunca va a desbordarse
aunque las ventanas
se queden peligrosamente abiertas
a los incendios de la noche
este es el momento
en que empieza a fundarse el olvido
fuera los espejos
fuera las cintas que reproducen
intensas vísperas anunciaciones varias
fuera los libros que atestiguan
los retratos que hablan
el perro que pasa una y otra vez
por el sueño sin reconocer la mano
el olor pálido de entonces
esta es la hora en que debo quemar
los trajes que en otro tiempo
me arroparon el alma
el segundo de cortar
los hilos del teléfono
cambiar de nombre
dejar tan sólo un rastro de hojas secas
que sirva a los hijos
si fuera menester
para dar con mi atribulado corazón
tan errático como una granada
cuya parábola
nadie puede corregir
y una y otra vez cae al centro del mar
sólo para espanto
de anémonas y peces
*
caída de la casa
al techo de la casa
le han salido manchas de humedad
si se miran bien dos rosas inconclusas
dos rostros
dos pámpanos marinos
y hasta dos soles negros
sobre nuestro breve cielo
de estar cómodamente acongojados
mañana alguien diligente
va a reparar las lozas
que la lluvia cincela
y cobrará por ello
un precio intolerable
nada va a quedar
del presagio de las floraciones
olvidaremos por un tiempo
el inaplazable comienzo del derrumbe
*
beber café en la oscuridad aleja el miedo
adentro de la taza
también está la noche
que diluye
hasta los pensamientos
beber café en la oscuridad
es como aspirar
la niebla
echar leños
al cráter de un volcán
lanzar los ojos
a las aves que han bajado
trinando
a comer de tus despojos
quien se bebe la noche
despertará
sangrando
en una noche
de otro tiempo
quien se bebe la noche
desciende
sin miedo
a la gruta
donde se guardan
los cuadernos y los signos
los talismanes y las fotos
el aire denso
de aquel amanecer
en que toda posibilidad
temblaba de rocío
beber café en la oscuridad
apaga los rezos
las canciones
que se pretendían
amorosas
sella el rumor
por donde tratara
de deslizarse la luz,
la caricia furtiva,
cualquier palabra
que no volviese
a herir
que no volviese
Alex Fleites (Caracas, 1954). Licenciado en Filología Española por la Universidad de La Habana. Entre sus poemarios más conocidos se cuentan A dos espacios (1981), El arca de la serena alegría (1985), Ómnibus de noche (1995) y Un perro en la casa del amor (2004). En el 2015 la Universidad Veracruzana editó su antología personal Alguien enciende las luces del planeta. Es, asimismo, autor del libro de relatos Canta lo sentimental publicado en México (2011), Cuba (2012) y España (2016). Su obra ha sido parcialmente traducida al ruso, inglés, francés, italiano, alemán, portugués, chino, vietnamita y cebuano. Aparece antologado en importantes colecciones de poetas cubanos confeccionadas en la Isla y en el exterior. Es periodista, editor y curador de arte.
Fotografía: Álvaro Fleites