El recuerdo como estandarte de la poesía. Entrevista a Alberto Szpunberg
Una frase que lo dice todo. Esa es la conclusión suspendida en el aire del bar El Federal de San Telmo, que coronó lo que fue una conversación profunda acerca de los procesos internos y los avatares del ejercicio de la escritura poética de Alberto Szpunberg. Nacido en 1940 en Buenos Aires, fue profesor y director de la carrera de Letras, incursionó en periodismo cultural y dirigió el suplemento La Opinión. Pero principalmente lo que marcó la vida de Alberto (prefiere que lo tutee, la cercanía lo caracteriza) fue, es y será la escritura, la poesía. Esa mañana de un sábado de primavera, Alberto empezó simplemente diciendo…
-La poesía es mi vida, qué voy a contar, ¿mi vida?
-Las personas interesadas en la poesía quieren escuchar la voz de alguien que tiene un recorrido como el tuyo. Es por un tema de transmisión de experiencias, de encontrarse con lo cotidiano de la escritura.
– Sí, pero hace poco me invitaron a un evento donde el tema eran las herramientas de la poesía ¿Qué es eso de las herramientas? Ésta pregunta me la hice a mí mismo pensando en qué era lo que iba a decir, aunque lo principal eran los poemas pero a uno lo convocan para otras cosas también.
-¿Y a qué conclusión llegaste?
-Me quedó resonando la palabra herramientas, y me acordé del plomero del barrio cuando era chico. Iba por la calle o a las casas de los que vivíamos ahí con la caja de herramientas, que era para mí algo mágico. Se llamaba el Bercovich. Cuando venía a casa abría la caja de herramientas y yo miraba adentro asombrado. Él me llamaba ingenier, me decía: “Me alcanzas el destornillador ingenier?” Yo me sentía en la gloria, y ni te cuento cuando nos cruzábamos en la calle, él iba con la caja de herramientas y me decía que le lleve la caja de herramientas. Era el súmmum para mí, me sentía orgulloso de llevar las herramientas del señor Bercovich. Pero, ¿qué tienen que ver esas herramientas de la poesía con las herramientas? La poesía no se asocia con el trabajo. Pero a la caja de herramientas sí se la asocia con el trabajo. La palabra es la misma, ¿qué une ese destornillador, ese alicate, la llave inglesa y el martillo con un romance, con un soneto o con un determinado poema? Le conté a la gente que en esos años en que vivía esas cosas con el señor Bercovich yo iba al cole y empecé a escribir. El único poema que me acuerdo de memoria es un poema que escribí en esos años, inspirado en cuando llevaba la caja de herramientas. Y ese poema es muy interesante, mirá que buenos o malos escribí demasiados poemas, pero el único que me acuerdo es este:
Es una chica muy buena
La conocí en su casa
Y el otro día la vi
tendiendo ropa en su casa
Eran cuatro versos, y el título era “Poesía”. Y para que nadie lo discutiera, lo puse en medio de los cuatro versos, arriba de los primeros y debajo de los dos segundos. Encontramos ahí trabajo manual, no solo eso, evidentemente como todo chico en cierto momento empecé a sentir otras cosas no solo los deberes o el dictado. Empecé a sentir que hay una chica muy buena, así como una chica se puede sensibilizar con un chico. Toda mi vida fue una vida militante, con la poesía incluida en esa militancia.
-¿Por qué considerás que hay una especie de ruido entre esos dos significados de la palabra “herramientas”?
-Porque está vinculado al concepto de trabajo. Esa contradicción entre el trabajo manual y el trabajo poético se debe a qué se entiende por trabajo. Si el trabajo, si las herramientas hablan del desarrollo de la humanidad, no habría humanidad si el hombre no hubiera podido desarrollar herramientas. Y también las armas. Entonces para cazar lo que sea, para defender, para apropiarse de lo cazado por los otros. De qué lado se inclina la cosa tiene que ver con lo que pasa con el trabajo. El trabajo es la creatividad del ser humano, y si el trabajo genera solo salario el trabajo se convierte en mercancía. Al convertirse en mercancía niega su propia condición de trabajo. La poesía es trabajo, pero es una rebelión permanente contra esa contradicción, es una invitación permanente a que algo chirríe cuando el trabajo está destinado solo al salario, a una rebelión ante esa tragedia de la humanidad. En función de eso las lanzas se convierten en misiles. Eso es lo que estamos viviendo.
-Lo tuyo es la unión entre militancia y poesía.
-Claro, eso es algo que siempre sentí profundamente, que la poesía es trabajo y que el trabajo merece ser otra cosa. Que la poesía tiene que ver con el amor. Y toda esa cosa asalariada con la muerte. Se mata por ese tema, la humanidad convertida en poesía en un sistema que todo lo convierte en mercancía.
-Lo que llevamos todos, esa pulsión de muerte y de vida, de amor. Tánatos y Eros…
-Para mí lo que define esto que te digo es una frase del Che Guevara que dice: “Aún a riesgo de parecer ridículo, un revolucionario se mueve llevado por grandes sentimientos de amor”. Es una expresión inapropiada para el Che, que estaba dispuesto a correr cualquier riesgo, menos la ridiculez. Y me parece extraordinaria esa manera de expresarse. Si mantenemos una división estanca entre una cosa y la otra estamos mal.
-¿Las figuras poéticas se construyen con recuerdos subjetivos o con recuerdos que son parte de la comunidad?
-Todo recuerdo es subjetivo, así como todo olvido es subjetivo. Los recuerdos nos persiguen, y también los olvidos. Eso lo escribí anoche en un poema. Porque los olvidos se dan socialmente. En estos años hemos tenido mucho engaño, mucho show, mucho miedo al dolor. Es muy doloroso recordar (como es el recuerdo de la ESMA).
¿Se concibe la poesía sin memoria, se concibe la memoria sin poesía? Fijate que hay libros de desaparecidos, de compañeros desaparecidos que se editaron y que fueron encontrados en cuadernos que se conservaron de manera milagrosa por lo casual. Han sido recuperados libros con poemas hermosos o no pero con una intención poética indiscutible. ¿Qué significa la poesía? Lo que el salario impide cuando compra el trabajo es el desarrollo de la cosa creativa. Saint Simon, el socialista utópico, dijo que el gran enigma de la historia es por qué habiendo tantos chicos inteligentes hay tantos grandes estúpidos. Y es que donde hay chicos hay emoción, creatividad, los chicos son una fuente creativa permanente. Pero se los empieza adoctrinar, entre la familia y el colegio se destruye esa creatividad.
-Entonces la creación es una forma de resistencia…
-Exactamente. ¿Y cómo se entiende una poesía que no sea creación? No porque lo haya dicho Aristóteles. En el Antiguo Testamento no existe la poesía, existe el canto, que no deja de ser una expresión poética. Es el cantar de los cantares. Dice la leyenda que el día en que se produjo la escritura los ángeles lloraron. ¿No es hermosa como imagen? ¿Por qué lloraban los ángeles? Porque desaparecía el canto y aparecía el testimonio de lo que antes había sido cantado.
-La escritura pasó a ser el determinismo de la experiencia, de la oralidad…
-Exacto.
-¿Cómo toman forma los recuerdos en la poesía, cómo se transforman en figuras poéticas?
-Te puedo hablar de mi experiencia. Recién hablábamos del canto. El canto es la voz, y la voz no son las palabras. Un bebe tiene voz y no tiene palabras, y sobre esa voz se asientan las palabras, sino no se internaliza el lenguaje. Los idiomas nacen como castigo cuando la humanidad construye la Torre de Babel para llegar al cielo. Antes de eso no había lenguaje, era la voz la que hablaba. Y la poesía procura rescatar esa cosa genuina y espontánea de la voz. Por eso la poesía está con un pie en la animalidad y un pie en lo humano, en lo intelectual, en lo cultural. Siempre está ahí, tambaleante. ¿Qué me pasa a mí? Lo primero que siento es la música del poema, como un ritmo o una palabra. A veces es una imagen. Pero esa imagen son dos o tres palabras que se me quedan en el oído en algún lugar. Y de ahí sale la imagen.
-Pero… ¿Qué dispara esa evocación?
-Estar con la poesía es algo hermoso para mí. Es la sensación de estar jugando como un chico. No creo en los escritores que hablan de los fantasmas que habitan en el interior de los que escriben. Yo la paso fenómeno. Cuando no escribo me siento mal y cuando escribo me siento un campeón.
Rompecabezas de preguntas y respuestas a Diana Bellessi
-Diana, se qué estás viajando a España en breve y que acabás de ganar el Premio Kónex en poesía. Esta entrevista va a ser rápida, yo empiezo la frase y vos la completás, vamos a ver qué sale.
-Veamos…
-Una emoción en la entrega del premio…
-Alegría, fue un momento alegre.
-Alegre por…
-Por ver a tantos amigos y a la casi entera escena de la escritura en Buenos Aires.
-¿Fue comparable a algo que hayas vivido?
-Estábamos esperando nuestro diploma como en la escuela secundaria…
-¿Qué lugar ocupan en tu obra la Poesía y la Memoria?
-Un lugar importante…
-¿Poesía y tiempo?
-Aún en los poemas más aferrados al instante presente, el pasado tiene su peso en la forma de tantear o de intentar apresar el presente mientras aparece el fantasma de algún porvenir.
-¿La memoria?
-Es nuestra manera entre lineal y cíclica de percibir el tiempo. Si nos referimos a la memoria histórica, también somos presos de ella, y de su constante recreación.